¿Por qué los académicos tienen miedo a los dragones?

No sé si es importante definir exactamente lo fantástico (Attebery lo llama un fuzzy set: una categoría sin límites precisos), pero sí es importante que, en cualquier definición, incluyamos a Tolkien y a los mundos autónomos. No solo porque son una de las características señeras de la estética contemporánea (la posposmodernidad, siendo finos), sino porque todos los actores (editoriales, lectores, autores, críticos), los consideran no solo como ejemplos de un género fantástico, sino como ejemplos paradigmáticos de la fantasía.

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