“Rifkin’s Festival”: la circularidad de la nada.
«Rifkin’s festival» es una película que no cuenta nada nuevo; es legítimo quedarse sin ideas, volver continuamente a las preguntas que te atormentan, el problema es cuando la trama —encajada en 90 minutos— se vuelve soporífera. Hace tiempo que como amante del cine de Woody Allen no le exijo que innove, simplemente acudo al cine como un buen feligrés un día de domingo, me siento en la butaca y me deleito con los créditos sobre un fondo negro del principio.
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