“El novio chino” o la novísima China
María Tena escribe con su habitual sencillez, basada en un lenguaje claro que sabe vestir la piel de sus protagonistas y una voz flexible que aviva la acción al tiempo que revela los pensamientos de sus protagonistas. El oportuno uso del estilo indirecto libre se combina con una escritura detallista en descripciones sensoriales.
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