Como el mar
Como el mar
Mar eterno.
Cuerpo a cuerpo.
Se recorren a besos
de cadera a tez.
Movimiento tan natural
como agua por su mar.
¿Se aman, tal vez?
Sus lenguas se tocan,
se acarician;
sus pechos se unen.
Y no hay más que mirarles
para saber que ciertos detalles
no son solo por placer.
Porque esos sentimientos
que emanan de sus cuerpos
no es solo el calor
que se impregna en la piel.
Son dos rayos de sol
que salen por la mañana,
que con sus lenguas
se les teje el alma.
Porque el mar las lleva
por la deriva,
y sueñan, con mucha calma,
lo que sus dedos recorren
cada vez que no se pueden ver.
Porque son del uno el otro,
porque al punto queda poco.
Y sus caderas, juntas,
comienzan a temblar,
porque su amor,
escondido,
es tan natural
como el mar.
Y porque mañana,
como cada día,
se querrán.
Aunque la arena queme
y nadie comprenda
que la naturaleza que les une
es como las olas y el mar.