la poeta que se convirtió en poesía
la poeta que se convirtió en poesía
un día me levanté, respiré
y fui redondilla,
destilé amor y pasión,
emané elixir,
perdí la razón
y la vida.
un día me levanté y tropecé,
fui romance, te encontré
y brotó la sangre.
un día, me acosté,
sentí la tragedia
y fui terceto,
lloré, pero nadie me escuchó
y me convertí en soneto;
ese día aguardé,
esperé, te esperé,
no viniste y no me quedó remedio,
encarné en décima,
era eso o vivir en un eterno asedio;
nací y moriré décima,
al fin y al cabo,
no hay nada más lastimero,
que vivir para querer
y que te mate el ser amado;
vivir para caer,
tocar la tragedia con tus manos;
gritar, pero no ser escuchado;
no ser querido, aguardar
y ser siempre olvidado;
amar sin Arte nuevo, amar anticuado.
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