Mi amiga la Parálisis

por May 26, 2023

Mi amiga la Parálisis

por

¿Alguna vez has visto al coco, a Freddy Krueger o al tío Camuñas? ¿No? Pues yo tampoco. Sé que es una pregunta absurda, pero para mí tiene todo el sentido del mundo, porque yo no veo a ese “ente maligno”, sino que lo siento.

Creo que comenzó a atosigarme cuando tenía diez años y desde entonces no me ha abandonado. Una noche sentí una presión sobre mi pecho y una respiración gélida, como si alguien se hubiera tumbado encima de mí y me estuviera soplando sobre la frente. Cuando me quise dar cuenta no podía moverme ni hablar y, cómo no, comencé a entrar en pánico. Es lógico, qué cría no va a ponerse como loca al notar un monstruo acechándola.

Así siguió noche tras noche, este ser se me tumbaba como si fuera el colchón más cómodo del mundo y me congelaba con su respiración. Lo que más me frustraba en aquella época era que no podía verle, cuando me quedaba en ese estado (como congelada en el tiempo) tenía los ojos cerrados y no sabía quién o qué era.

Ahora que soy una adulta, he aprendido que mi “acosador nocturno” era en realidad parálisis del sueño, algo más común de lo que pensaba. Cuando me enteré, me sentí decepcionada y engañada, ¿acaso no era la única elegida en recibir su visita? ¿Todo el mundo veía a MÍ Parálisis o cada uno tenía la suya?

Es posible que le hubiese cogido un poco de cariño… y cómo no hacerlo, tras años de ser la camita de la Parálisis acabé por encariñarme. Resulta que las dos somos un poco solitarias y nos necesitamos la una a la otra, incluso si nos cuesta comunicarnos.

Cuando me quedé sin amigos en el instituto porque era muy introvertida, ¿quién estaba conmigo? La Parálisis.

Durante el estrés de la semana de exámenes, ¿quién me acompañaba en esas noches oscuras? Pues la Parálisis.

Y la primera noche que pasé sola en mi nuevo apartamento, ¿quién me hizo compañía? Como siempre, la Parálisis.

Si es que al final nos hemos vuelto íntimas, somos mejores amigas, BFF o como lo digan las criaturas de la noche. Me siento un poco mal por tener predilección por un truco de mi cerebro antes que por un ser humano, pero mi experiencia con las personas no ha sido la mejor.

Sinceramente, siento lástima por las personas que no pueden conocer a la Parálisis, porque dudo que entiendan lo reconfortante que es su presencia.

¿Te ha gustado el artículo? Puedes ayudarnos a hacer crecer la revista compartiéndolo en redes sociales.

También puedes suscribirte para que te avisemos de los nuevos artículos publicados.