Un año (y algo más) en pandemia
Un año (y algo más) en pandemia
En este espacio las múltiples voces que componen Contrapunto comparten sus diferentes experiencias, sentimientos y percepciones después de más de un año viviendo en pandemia. La variedad de testimonios no solo refleja el estado de esta revista, sino que, de algún modo, también pone de manifiesto el sentir común generalizado resultado de una situación de crisis mundial (sanitaria, social, existencial…).
No puedo leer. O al menos no como lo hacía antes. No. Tampoco ver esas pelis o series que antes me chiflaban. Porque a mí me encanta(ba) un buen sufrir, leído o visualizado. Sufrir, pero a base de hostias emocionales, me pirraba. Y ahora no soporto ni la más leve lágrima.
Durante el confinamiento, tuve que abandonar a Pessoa y a Primo Levi, el Libro del desasosiego y Se questo è un uomo (el cupo de tristeza estaba desbordado); no pude empezar mi visionado quinquenal de Six feet under (ya nos rodeaba suficiente muerte). Me dediqué a ver todas las películas del MCU, Harry Potter, The Lord of the Rings… Que sí, que aquí también sufren, pero entre hechizos, batallas y destrucción, se ven menos las lágrimas.
Seguimos en pandemia, pero «menos recluidos» que esos meses, y yo me he quedado como recuerdo la facilidad a la tristeza. Tanto que, si pongo la tele y veo a algún colaborador de Sálvame llorando, me dan ganas de ir a abrazarlo.
Eduardo M. Bravo
Mi año de pandemia ha sido, cuanto menos y como para todos, raro. Con respecto a las lecturas, aproveché parte del parón para releer algunos libros. Por ejemplo, en junio, tras la muerte de Carlos Ruiz Zafón, volví a leer la serie literaria de El Cementerio de los Libros Olvidados.
Cristina Suárez Toledano
Agotador, lo único que se salva es lo que representa la foto añadida.

Elena del Álamo Corbacho
Aplausos
Durante semanas, todos los días, a las 20:00, los vecinos de España salían a los balcones y se asomaban a las ventanas a aplaudir mientras sonaba de fondo el Resistiré del Dúo Dinámico. Nadie faltaba nunca a su cita.
Todo era solemne. Las personas se asomaban y durante minutos solo aplaudían, recordando a los sanitarios y todos los trabajadores de distintos ámbitos que salían a levantar el mundo mientras la pandemia intentaba terminar con todos; acordándose de aquellos familiares y amigos a los que no podían ver o llorando por aquellos enfermos y fallecidos.
La pandemia continuaba y, en mi calle, seguíamos saliendo al balcón, pero ahora nos comunicábamos entre nosotros. Ya no había desconocidos, todos conocíamos los rostros de todos. La gente cantaba, se deseaba un feliz cumpleaños o, de ventana a ventana, se preguntaba qué tal iba aquella vida de confinamiento continuo.
Un día, incluso, pasó un coche de la policía exhibiendo sus sirenas azules a lo largo de la calle.
Este fue el modo en que los aplausos dejaron de ser meros aplausos para convertirse en un símbolo de solemnidad, recuerdo, agradecimiento y vecindad.
Claudia Hidalgo Garcinuño
La abubilla me salvó
Apareció cuando todo era monotonía, los mismos ladrillos de siempre. Entre libros, trabajos y ordenador ―mucho, demasiado ordenador― me permití asomarme a la terraza. Todo sea por calmar la angustia (premio a mi palabra del año: ‘angustia’).

Allí la encontré, ensartada en el tronco del pino de debajo de casa. El ave alzó orgullosa su cresta, y pronto me atraparon su cara de despiste y su pico bien entendido en distancias de seguridad. Porque, aunque en el momento no lo pude saber, lo que la abubilla me enseñó fue a detener la mirada para no perder señal de alimento. Aguardar, clavar el pico y acertar en el manjar nocturno.
Desde entonces, la mirada no tiene prisa: los cuatro ladrillos de mi campo de visión se vuelven ventanucos, otros paisajes. Dejar de mirar para ver, identificar. Reconocer nubes y plantas, urracas, carboneros, tórtolas. Perder la cuenta. Para que cuando todo quede en terrible (H)historia y se pueda volver a compartir respiración, esta vez se haga deteniendo el aire y ajustando la pupila. Todo por que no se pierdan las abubillas de nuestros tiempos.
Paula Mendieta
No me aguanto
Tengo miedo,
miedo de tener que quedarme a solas
conmigo misma otra vez,
un día más,
de nuevo.
Tengo miedo,
porque ya no me aguanto más
a mí misma,
ya no me soporto,
por favor,
que alguien me quite de encima.
No puedo escucharme más,
me supera,
me superan,
la cizaña, mis reproches, mis juicios,
mis juicios, mis juicios…
Alfileres hilvanándose
en cada surco del cerebro.
Que me cambien,
que me cambien por otra,
por otra que no acabe
declarándose culpable
en el correspondiente pleito
de cada madrugada.
Que te vayas,
que te vayas y me dejes,
que donde caben dos caben tres,
pero que en este cuerpo
solo cabe una,
que soy oversize
pero no tanto.
Y sí, los tejidos son elásticos,
se estiran,
pero me estás dando tanto de sí
que me voy a acabar rajando.
Y para que me destroce yo,
ya me echo de antemano.
Sí, te estoy hablando a ti,
bueno, a mí,
mira… no lo sé,
porque ya estoy harta,
no me aguanto.
Teresa Martín Merchán
La línea discontinua
Este último año han habitado en mí un curioso doctor Jekyll con su inseparable señor Hyde. Porque nos tendremos que acostumbrar a esto en algún momento, digo yo. ¡La mascarilla no es un babero! No sé si quiero que me toques o me estás tocando demasiado. ¡Tampoco una codera! Tendremos que aprender a convivir con el virus. ¿Tienes gel de manos? Normal que pase lo que pasa en Mallorca, maldita fatiga pandémica. Tendremos que acostumbrarnos a la mascarilla, porque parece que va para largo. Que no cunda el pánico, pero puede cundir en cualquier momento. Doblegar la curva. Más rebaño que inmunidad. Nueva ola. Carpe diem. Prevención.
Enrique Álvarez
Cansado
A las pocas semanas de iniciada la cuarentena, me llegó el Ensayo sobre el cansancio (1989), de Peter Handke. Compré el libro en un impulso, en un momento en el que no me lo podía permitir económicamente. Pero el título me habló. Tras casi un año de desempleo, viviendo de pequeños trabajos que a duras penas me daban para subsistir, la palabra empezaba a ser el resumen de mi vida: cansancio. Puesto así, la pausa forzada parecía, en cierto grado, necesaria. Y lo fue.
El libro de Handke habla del cansancio como un placer: se centra en el descanso como momento de reflexión y, en algunos casos, de encuentro con el otro. Para mí, sin embargo, los días de encierro, de pausa, se parecían más a su descripción del insomnio: me sentía como “un ser fracasado que se encuentra en un planeta que no es el suyo”. Vuelvo al libro, que leí y releí hasta el cansancio, y reviso las páginas, las palabras subrayadas. Hay que ser honesto: durante esos meses de cuarentena, escribí como pocas veces en mi vida, recuperé mi afición por el cine y pude estudiar música hasta la saciedad.
Hace unas semanas volví al último bar en el que toqué como bajista antes de que impusieran el encierro. Diana, una camarera y amiga, me felicitó: se nota que este año no ha pasado en vano, dijo, estás tocando increíble. El comentario parece irónico. En el fondo, todavía me cuesta encajar las piezas, enlazar mi vida actual con la que llevaba antes de la Covid. Es normal que la incertidumbre defina el presente, difícilmente podemos pensar en el futuro sin un pasado que dé orden. Para qué voy a mentir, sigo cansado.
Javier Ignacio Alarcón

Oriana B. Baraisi
Con fin arte: todo lo que no sabía(s) y tiene(s) que saber de la(s) pandemia(s) (Antología 2020-2021)
VV. AA.
Editorial Contrapunto. Colección Autoayuda
Recomendado por los críticos más distinguidos de España:
“Los mejores consejos para la pandemia, la postpandemia y lo que surja” (P.T.T., El planeta rojo)
“Tras muchos intentos, por fin VV. AA. logra infectar el campo literario. ¡Las palabras virus del milenio!” (A.G.G.G, El Gutural)
“Tinta incontinente: una eyaculación precoz de la escritura” (JRJ, Blablelio)
Sinopsis
sopa de wuhan covidosofía conejo-man contra el coronavirus preparados para la próxima pandemia la batalla por las ideas tras la pandemia corona política en tiempos de pandemia desde las ruinas del futuro teoría política de la pandemia la vida en suspenso el confinado ¿ya es mañana? cómo la pandemia cambiará el mundo pandemocracia en primera línea coronavirus prevención pandemia y contención pandemia virus y medio pandemia globalización ecología coronavirus y economía coronashock un virus y el mundo la fiebre en tiempos de contagio el mundo que viene todo lo que nos queda es el ahora coronavirus y colonialidad 10 comentarios desde la cuarentena crónicas de los otros miradas antropológicas a la crisis del covid-19 en chile covid-19 compilado de textos desde una perspectiva anticapitalista no autoritaria una pandemia de errores paciente cero el relato en primera persona del primer periodista español contagiado por coronavirus bitácora del virus palabras del reposo dioses con pies de barro una pandemia llamada autoridad navegando los tiempos de la peste coronavirus 2020 diario de la alarma coronashock un virus y el mundo pandemia y confinamiento aportes antropológicos sobre el malestar en la cultura global coronavirus la covid-19 explicada a los niños el mensaje de pandora trilogía del coronavirus bulos científicos: de la tierra plana al coronavirus la biblioteca pública tras la pandemia del coronavirus virus el crispavirus crónica de la conspiración pan de miah los días de la fiebre no tocar ciencia contra la desinformación de la pandemia de covid-19 la guerra de los mil millones de años liquidación por qué los humanos somos presa fácil de las pandemias el enemigo invisible la historia secreta de los virus la pandemia del capitalismo lecciones de una pandemia lectura y pandemia más allá de la maldita pandemia pandemia ideas en la encrucijada del arte y su obsolescencia carta abierta al mundo del arte post-pandemia post cómo luchamos (y a veces perdimos) por nuestros derechos en pandemia la pandemia de la desigualdad la batalla por las ideas tras la pandemia pandemia la covid-19 estremece el mundo cambiemos de vía lecciones sobre la pandemia S E H I Z O E L S I L E N C I O sopa de wuhan covidosofía conejo-man contra el coronavirus preparados para la próxima pandemia la batalla por las ideas tras la pandemia corona política en tiempos de pandemia desde las ruinas del futuro teoría política de la pandemia la vida en suspenso el confinado ¿ya es mañana? cómo la pandemia cambiará el mundo pandemocracia en primera línea coronavirus prevención pandemia y contención pandemia virus y medio pandemia globalización ecología coronavirus y economía coronashock un virus y el mundo la fiebre en tiempos de contagio el mundo que viene todo lo que nos queda es el ahora coronavirus y colonialidad 10 comentarios desde la cuarentena crónicas de los otros miradas antropológicas a la crisis del covid-19 en chile covid-19 compilado de textos desde una perspectiva anticapitalista no autoritaria una pandemia de errores paciente cero el relato en primera persona del primer periodista español contagiado por coronavirus bitácora del virus palabras del reposo dioses con pies de barro una pandemia llamada autoridad navegando los tiempos de la peste coronavirus 2020 diario de la alarma coronashock un virus y el mundo pandemia y confinamiento aportes antropológicos sobre el malestar en la cultura global coronavirus la covid-19 explicada a los niños el mensaje de pandora trilogía del coronavirus bulos científicos: de la tierra plana al coronavirus la biblioteca pública tras la pandemia del coronavirus virus el crispavirus crónica de la conspiración pan de miah los días de la fiebre no tocar ciencia contra la desinformación de la pandemia de covid-19 la guerra de los mil millones de años liquidación por qué los humanos somos presa fácil de las pandemias el enemigo invisible la historia secreta de los virus la pandemia del capitalismo lecciones de una pandemia lectura y pandemia más allá de la maldita pandemia pandemia ideas en la encrucijada del arte y su obsolescencia carta abierta al mundo del arte post-pandemia post cómo luchamos (y a veces perdimos) por nuestros derechos en pandemia la pandemia de la desigualdad la batalla por las ideas tras la pandemia pandemia la covid-19 estremece el mundo cambiemos de vía lecciones sobre la pandemia pandemia pandemia pandemia pandemia pandemia “words words words…”
Javier Helgueta Manso
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