Una forma de vivir alternativa. “Nomadland”
Una forma de vivir alternativa. “Nomadland”
Nomadland
Directora: Chloé Zhao
Fotografía: Joshua James Richards
Reparto: Frances McDornan, David Strathairn, Linda May, Charlene Swarn

La vida en carretera es un tópico literario bien arraigado en la cultura de Estados Unidos. A pesar de que sus orígenes pueden rastrearse, probablemente, hasta el siglo XIX, encuentra una de sus formulaciones más emblemáticas en la famosa obra de Jack Kerouac, On the road (1957). Uno de los puntos iniciáticos de la contracultura, la novela explora, con algo de ironía, la existencia de quien no tiene un hogar. A pesar de que, en ocasiones, romantiza esta forma de vivir, no deja de mostrar los problemas que enfrentan quienes se niegan a entrar en el molde impuesto por la ideología capitalista que impera en el país norteamericano. Nomadland, de Chloé Zhao, se alinea con esta tradición narrativa y muestra, en el cine, una variante problemática del tópico. La protagonista no escoge huir de la vida burguesa para buscar algo auténtico, carece de la relativa juventud que el narrador beat otorga a sus personajes. Fern (Frances McDornan) es una mujer mayor que ha perdido su empleo y su hogar. En lugar de aceptar la ayuda que algunos vecinos le ofrecen, decide vivir en su furgoneta y viajar por el país. Su vida nómada es impuesta por la crisis económica, no elegida. Aun así, la historia sigue reflejando los elementos claves que se podían percibir en la novela de Kerouac: un cuestionamiento a la idea de libertad capitalista, una búsqueda (nunca resuelta) por algo auténtico, una deconstrucción de los ideales estadounidenses, el retrato de una forma de vivir alternativa.
Las virtudes del filme saltan a la vista. Brilla la dirección de Zhao, que sabe llevarnos a través de la historia con agilidad, y la fotografía de Joshua James Richards. Los paisajes son retratados con maestría y reflejan la inmensidad del mundo en el que se mueven los personajes, la belleza abrumadora e incontrolable de la naturaleza a la que ellos se enfrentan. En este sentido, y hay que insistir, se repiten tópicos y elementos de la tradición narrativa a la que pertenece la película. Esto no quiere decir, sin embargo, que se sienta aburrida o cliché. Uno de los puntos clave que otorga fuerza es la actuación de McDornan. Su actuación captura, de forma sutil, aunque con relativa crudeza, las contradicciones que marcan la vida de la protagonista: el orgullo que le impide aceptar ayuda, el deseo por encontrar un nuevo lugar en el mundo, la nostalgia por lo perdido, la frustración de una existencia desgastada por el estilo de vida capitalista.
Esto lleva al punto complejo del filme. Al rescatar los elementos de la literatura sobre la vida en la carretera, pareciera, de momentos, romantizar el estilo de vida que llevan los personajes. Resulta problemático al tomar en cuenta que ellos no han elegido esta forma de vivir, sino que es resultado de la crisis económica de finales de la primera década del siglo. Si sumamos el retrato ambiguo que se hace de Amazon, el discurso crítico pierde fuerza. No siempre es fácil saber si se realza la miseria que experimentan estas personas. Tampoco debemos olvidar que el problema retratado es real, la película está basada en el libro de no-ficción homónimo de la periodista Jessica Bruder. Hay que ser justos: el filme se encarga de hacernos saber que, al menos para la protagonista, el nomadismo no es preferible a su vida previa. En el fondo, es más lo perdido que lo ganado. Pero la ambigüedad no ayuda a la historia y puede resultar, por lo menos, incómoda.
Nomadland, al igual que su antecesora, On the road, enuncia una manera distinta de entender la realidad. El objetivo de la historia es mostrar cómo el estilo de vida estadounidense no cumple sus promesas. Buscar una alternativa parece necesario. Es significativo el cambio en el tópico narrativo: frente a la rebeldía de la generación beat, encontramos a una generación abandonada por el sistema. El espectador es confrontado con los desperdicios humanos de los que habló Zygmun Bauman: los individuos que no son necesarios para las estructuras ideológicas y son excluidos y desechados. Incluso si la historia llega a romantizar la miseria de estas personas, el retrato de la sociedad del capitalismo tardío mantiene su potencia e interpela al espectador.