El latín en Mozart

por Oct 4, 2019

El latín en Mozart

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El latín ha tenido mucha influencia en la historia de la música, y, de hecho, ha sido un factor decisivo a la hora de su desarrollo. Esta razón es la que nos lleva a determinar en primer lugar el origen de la relación entre ambos campos, para poder concretar después su relevancia en la música de Mozart. 

Origen de la relación entre el latín y la música

La primera relación entre el latín y la música tiene su origen en la literatura. Es innegable la fina relación existente entre ambas disciplinasincluso ahora en la actualidad. Por lo que no resulta difícil pensar que los inicios de la música están estrechamente relacionados con la literatura, en este caso con obras tanto griegas, como por supuesto latinas.  

De tal formaalgunas de las manifestaciones musicales más antiguas de las que se tiene constancia están ligadas a las intervenciones de un coro en las representaciones de obras teatrales clásicas (Quirós, 1995). Por ello, una de las primeras lenguas ligadas a la música, además del griego, fue el latín. 

El otro medio principal que puso en contacto las disciplinas ya mencionadas fue el cristianismo. Pues, una vez que el latín se constituye en lengua de culto, los salmos y preces empiezan a cantarse en dicha lengua (Quirós, 1995).  Esto, a su vez, supone el inicio de la creación de himnos en latín, como, por ejemplo, el escrito por Santo Tomás de Aquino: Pangelinguagloriosi, / Corporis mysterium / Sanguinisque pretiosi, / Quem in mundi pretium (Se trata de un himno eucarístico que suele cantarse principalmente el día del Corpus Christi). 

Siguiendo en esta línea, llegamos al canto gregoriano, que es la evidencia irrefutable que pone de manifiesto la gran influencia del latín en la música. Este era el canto utilizado en la liturgia, por lo que se entiende que el texto estuviese en latín (pues, como ya hemos mencionado, era la lengua de la Iglesia). Pero la importancia, no solo radica en que se cantase en dicha lengua, sino en que era el texto el que daba sentido a la música, es decir, lo que importaba era lo que el texto decía y la música debía establecerse en un segundo plano, lo que explica que esta fuese sencilla y no tuviera un gran desarrollo.  

Además, esta relación se ve fortalecida por la existencia de autores, que escribieron sus tratados sobre música en latín; algunas veces estos tomaron como base las teorías musicales griegas. Podemos destacar a San Agustín que escribe en numerosas ocasiones sobre la emoción que causa la música y cómo esta nos acerca a Dios: El que canta, ora dos veces. 

Latinismos musicales  

Ha sido tal la relevancia del latín en la música, que ha supuesto la presencia de términos en dicha lengua que ahora resultan esenciales a la hora del estudio y análisis musical. Algunos ejemplos de ello son: 

  • Cantus planus o cantus firmus: es el canto llano o firme, hace referencia al canto gregoriano, y se denomina así porque este se caracteriza por su sencillez y la existencia de una sola línea melódica. Es esta existencia de una sola melodía lo que lo caracteriza como plano. 
  • Missa brevis: es la misa breve, y, por tanto, se refiere a las composiciones que eran dedicadas a dichas misas. Estas composiciones se caracterizaban por ser poco repetitivas tanto a nivel musical como verbal, pues como el mismo término indica son breves.  
  • Missa cantata: alude a la misa que era cantada, en contraposición a aquellas en las que solo se rezaba, sin música.  
  • Opus: palabra de la tercera declinación que significa trabajo u obra. En música ha dado nombre a la forma musical ópera, pero, además, se utiliza en muchas de las ocasiones para clasificar las obras de un autor. Por ejemplo: Nocturno Op. 9 n.º 2Chopin.  

Además de estos latinismos, también encontramos una gran cantidad de palabras como: crescendo, forte, ritardandoetc, que provienen del italiano, por lo que al provenir de una lengua romance tienen su origen en el latín: crescendo del verbo crescereforte del adjetivo fortisforte; ritardando del verbo retardare. 

El latín en la música sacra de Mozart  

En el año 15 a. C., los romanos llegan al territorio de lo que hoy es Austria iniciándose así el proceso de romanización y latinización de esta. El latín en los países germánicos siguió dos vías distintas, en primer lugar, se difundió el latín pagano, pero una vez asentado el cristianismo y reafirmado de la mano de Carlomagno, este se difunde de forma inevitable ligado a la religión (Quirós, 2006). 

Cuando el 27 de enero de 1756 nace Mozart, el latín ya no es una lengua de uso común, sin embargose sigue usando en las áreas académicas, jurídicas… y tiene especial importancia como lengua oficial de la Iglesia Católica. Por ello, se entiende que casi todas las obras de Mozart en latín sean obras dedicadas al culto litúrgico.  

Asimismo, su gran producción de música sacra es también debida a la formación católica que recibió, pues sus padres eran muy devotos. 

Por otro lado, la composición de obras dedicadas al culto es algo bastante corriente en los músicos de la época, dado que no existía el oficio de artista, compositor o músico, tal y como lo entendemos ahora, sino que la música se trataba de otro oficio más en el que se producían obras por encargo. Normalmente estas se componían para un noble o para la misma Iglesia (Mozart trabajó durante algún tiempo al servicio del arzobispo de Salzburgo) lo que daba lugar al oficio de maestro de capilla.  

Sin embargo, a pesar de la gran importancia del latín en la obra de Mozart, no vemos que este aparezca desligado de la religión, ya que no encontramos obras suyas en latín clásico (otros músicos sí que las compusieron). No obstante,  es cierto que sí podremos encontrar referencias a la literatura clásica en su obra, si bien la lengua de composición de estas es el alemán o el italiano.  

Réquiem de Mozart: Confutatis Lacrimosa 

El Réquiem de Mozart, una de sus obras más conocida, fue un encargo del conde Franz von Walsegg-Stuppach y debido a que Mozart murió por una enfermedad el 5 de diciembre de 1791, quedó inconcluso. Este hubo de ser terminado por un discípulo suyo, Süsmayr, que había trabajado con Mozart desde el principio en su composición.  

El término réquiem viene del acusativo de la palabra requies-requiei de la quinta declinación y significa descanso. Se denominaba misa de réquiem a la misa de difuntos por la petición que en esta misa se hacía por ellosRequiem aeternam dona eis, Domine, et lux perpetua luceat eis” (Concédeles el descanso eterno, Señor, y brille para ellos la luz perpetua). Por tanto, en música hace referencia a la obra compuesta para dicha misa y consta a su vez de varias piezas siguiendo las partes propias de esta 

A continuación, destacaremos dos de las piezas de esta misa y sus correspondientes textos. En primer lugar, si escuchamos Confutatis, podemos observar la importancia del predominio de voces bajas, el ritmo marcado y los matices fuertes en contraste con los suaves, todo esto en favor de la letra que habla de la hora del juicio final y el deseo de salvación: “Confutatis maledictis,/ Flammis acribus addictis,/ Voca me cum benedictis./ Oro supplex et acclinis,/ Cor contritum quasi cinisGere curam mei finis. (Condenados los malditos, y entregados a las crueles llamas, llámame con los benditos. Suplicante y humilde te ruego, con el corazón casi hecho cenizas, apiádate de mi última hora.En segundo lugar, atendiendo a la composición de Lacrimosa, que es la pieza del Réquiem más conocida, podemos ver  que el cambio de letra (“Lacrimosa dies illa,/ Qua resurget ex favillaJudicandus homo reus./ Huic ergo parce, Deus:/ Pie Jesu Domine,/ Dona eis requiem. Amen”Día de lágrimas aquél en que resurja del polvo para ser juzgado el hombre reo. Perdónale pues, Dios, Piadoso Jesús, Señor, dales el descanso. Amén.) supone que haya un gran contraste  musical con la pieza anterior, pues en esta destacan voces de soprano y el contraste entre matices fuertes y suaves es progresivo.  

Conclusión 

En definitiva, gracias al latín la música tiene un recorrido tan rico a lo largo de la historia, y no solo eso, sino que también ha sido esta lengua la que ha permitido a los grandes músicos componer algunas de sus mejores obras. Así que, ciertamente podríamos afirmar que sin el latín Mozart hubiera sido un poco menos genio. 

 

Bibliografía 

Quirós, M. A. (1995). El latín en la música. Filología y Lingüística. XXI (2), 133-159. Recuperado de: https://revistas.ucr.ac.cr/index.php/filyling/article/view/20822/20962 

Quirós, M. A. (2006). Literatura sacra en la música sacra de W. A. Mozart (el latín, el griego y el hebreo en su música) Káñina, Revista de Artes y Letras de la Universidad de Costa Rica. XXX (1), 133-154. Recuperado de: https://revistas.ucr.ac.cr/index.php/kanina/article/view/4646