«En SI♭m»
«En SI♭m»
Ella era una tonalidad menor,
de esas que en el primer acorde
te encogían el corazón.
Y te engañaba a cada compás,
haciéndote creer
que de un momento a otro,
modularía a su homónimo mayor.
Pero no,
ese no era su estilo.
Ella era la única que sabía disfrutar
de la soledad de la multitud,
fiel a la melancolía y el misterio
que impregnaban sus pensamientos.
A ella le apasionaba
jugar con los silencios.
Cuánto más con las tensiones
de sensibles
que nunca resolvían.
Ella era la maestra
de las cadencias suspensivas,
de finales abiertos
que esperaban segunda parte.
Para ella la armonía
tan solo era un juego,
al igual que el tempo.
Un tempo que se perdía
en cada rubato,
que luego recuperaba para
recrearse finalmente en un ritardando.
A ella le apasionaban
las melodías difuminadas
que se desvanecían en el pedal.
Los crescendos irascibles
y los pianos súbitos.
Los bajos solemnes
en los que podía descansar.
Ella era una tonalidad menor,
un tanto inusual.
P.D.: dedicado a todos los músicos «fallidos», a los que en algún momento se perdieron entre las teclas de un piano.
Teresa Martín Merchán