Maternar, (también) una cuestión de clases. «Escucha, hermosa Marcia», de Marcelo Quintanilha
Maternar, (también) una cuestión de clases. «Escucha, hermosa Marcia», de Marcelo Quintanilha
Marcelo Quintalha, Escucha, hermosa Marcia
Astiberri, Bilbao
125 páginas, 20€

Lo que Marcelo Quintanilha (Niterói,1971) traza en las poco más de cien páginas que conforman esta novela gráfica es una cruda representación de lo que parece ficción, pero no es más que la realidad de muchos. Escucha, hermosa Marcia es una obra sublime a medio camino entre la risa y el llanto, lo cual mantiene siempre al lector en vilo, jugando magistralmente con la ironía y el drama.
Las ilustraciones sencillas, en tonos llamativos captando a la perfección aquello que se cuenta en armonía con las palabras, muestran una relación maternofilial lejos del ideal implantado por la sociedad, pero que revela la verdad detrás de la crianza: madres que no son solo madres, sino que, ante todo, son mujeres. Mujeres trabajadoras, luchadoras y protectoras natas por el bien común, y también por el propio. Marcia personifica a millones de madres solteras que cargan con el peso de sustentar a su familia mientras lidian con los conflictos personales de ser mujer, —pero, sobre todo, persona—. El lector queda atrapado ante una narración abrumadora, llena de matices que, a través de la gestualidad de los personajes consigue transmitir la frustración, el miedo, la inseguridad… de principio a fin.
Marcia es la encargada de protagonizar este drama ambientado en Río de Janeiro, donde vive junto a su pareja, Aluísio, y su hija, Jaqueline. Una enfermera que debe luchar no solo con su propia marginalidad, sino también con los problemas habituales de la maternidad que se ven sesgados por el estrato social. Jaqueline, envuelta en un ambiente hostil y de supervivencia, queda atrapada en una organización criminal liderada por un grupo de jóvenes de su misma favela. Se trata de jóvenes que juegan a vivir por encima del bien y del mal, llegando al punto de no retorno que ofrece la sensación de supuesto poder absoluto.
Es una obra que golpea y ataca directamente a quien la lee, haciéndolo sentir como en una película, en la que no dejan de sucederse los fotogramas. Invita a la reflexión, al acercamiento, individual y colectivo de las realidades otras; no solo de los barrios marginales y sus habitantes, sino de aquello que se deja entrever en el comportamiento de los personajes, en su necesidad de algo más, de algo mejor, como la búsqueda personal que emprende cada ser humano en el mundo. En esta clave podrían analizarse las menciones continuas y constantes a las distintas religiones, así como el rechazo, tras lo vivido, de la fe por parte de la protagonista, además de la pérdida total de la esperanza en lo divino que, sin embargo, no acompaña a la depositada sobre la raza humana.
Quintanilha da a sus lectores un material gráfico de gran valor, acercando la cara menos amable de Brasil al universo del cómic, y demostrando, una vez más, que este soporte es uno de los medios más poderosos para alcanzar a quienes no les sirven solo las palabras.