Un sonido, un mundo
Un sonido, un mundo
Daniel Jones, fonetista norteamericano, decía que la disciplina que tenía que ver con casi todas las demás en algún aspecto era la fonética. Con nadie he estado más de acuerdo en la vida. El estudio de las ciencias fónicas como yo denomino a la fonética es el punto de partida de las más insospechadas y asombrosas relaciones interdisciplinares. Estudiar los sonidos del lenguaje me ha llevado ha consultar y aprender sobre anatomía, biología y física, principalmente, y por razones obvias. Sin embargo, con mis colegas lingüistas ya de por sí hay innumerables temas por tratar: la morfonología, la fonotaxis, la sociofonética, la fonopragmática, la tipología fonológica, la caracterización fonética en lenguas de señas, la enseñanza de la pronunciación, entre muchas otras ramas asociadas. Pero más allá de la simple mirada lingüística emerge la relación con otras áreas del ámbito humanístico como la fonética forense, por ejemplo, los estudios sobre simbolismo sonoro y el gran campo del cambio fónico a nivel histórico. Otro tanto lo constituye el terreno que demarca la normalidad y la patología; la fonética clínica permite contrastar los aspectos fónicos de la de producción del habla a nivel de adquisición y desarrollo neurológico y cognitivo entre personas con y sin dificultades de lenguaje. Hay aún más: una zoosemiótica nos acerca al estudio de los seres productores de voz, aquellos con laringe, en contraste con los que cantan a través de siringes o los que silban y gruñen, entre los más conocidos. En fin, se me escapan algunos rasgos de los sonidos del lenguaje que extienden lazos con áreas diversas del conocimiento y la cultura: la música, la ingeniería, la economía, y muchas más. Espero que las personas con quienes he compartido en esta travesía fónica puedan encontrar o re-crear nuevas conexiones para seguir inmersos en este plano vocal.
Desde el núcleo mismo de la esencia humana, el lenguaje, en su versión oral, el sonido se configura en el túnel que comunica dos mundos de la ciencia: el de las humanidades y el de las exactas, como solemos llamar a estas dos líneas en nuestro medio. La base fónica del lenguaje me permite recorrer el camino de la construcción del significado en las abstracciones y al mismo tiempo me permite mensurar esa construcción y relacionar cantidades e intencionalidades, significaciones o sentidos en el uso, en uno o muchos hablantes, entre comunidades, del hoy y del ayer. El sonido es mi mundo; mi mundo, los sonidos y sus representaciones en el lenguaje.
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