Y a ver si luego eres capaz de distinguirlo de la realidad. “Invéntate algo”, de Chuck Palahniuk

por Mar 9, 2019

Y a ver si luego eres capaz de distinguirlo de la realidad. “Invéntate algo”, de Chuck Palahniuk

por

Chuck Palahniuk, Invéntate algo

Traducción de Javier Calvo

Literatura Random House

384 páginas, 20,90 euros

Haciendo repaso a su obra publicada hasta el momento, es fácil entender que la literatura de Palahniuk (Pasco, Washington, Estados Unidos, 1962) suponga una incursión en la rebeldía, la frustración, la culpa y los miedos de una sociedad cada vez más confundida, pasando por el odio y el desencanto. Ya solo con echar un vistazo a su obra más conocida, El club de la lucha (1996), los lectores se pueden hacer una idea del tipo de literatura que maneja este autor. Su especialidad son las historias inquietantes, que dejan esa duda sobre todo lo que nos rodea. A menudo logra hacer cuestionar la existencia de todas aquellas cosas o ideas que tenemos arraigadas desde que nacemos. Sin duda, se trata de un autor que, con un tono desgarrador, es capaz de atrapar al lector en su obra y, en algunos casos, no dejarlo salir nunca de ella.

Invéntate algo (2018), su última publicación, contiene veintitrés cuentos que ofrecen ese vistazo entre lo macabro y lo escatológico, impregnado con un humor ácido, pero siempre vinculado con ese lado oscuro del vicio, de la perversión, de la liberacióndel monstruo interior. La consideración de los personajes de Palahniuk como representantes de ese lado oscuro que se acrecienta cuando lo patológico se hace crónico en la mente conducen a una perspectiva distorsionada del mundo. Estos relatos son historias de don nadies, protagonizadas por personajes sin trampa ni cartón que recogen la multitud de personalidades que deambulan por nuestras vidas mismas. Pueden ser esos vecinos simpáticos, o esoscompañeros de trabajo en los que se puede confiar perfectamente, incluso esos amigos a los que se cuentan todos los secretos. Palahniuk obliga a desconfiar de todo aquello que está alrededor, hasta ser capaz de hacer al lector plantear seriamente si de verdad conoce a las personas con las que vive.

Lo absurdo de la vida y la muerte se despliega de manera natural a lo largo de los cuentos: alumnos brillantes que se convierten trágicamente en adictos a la droga de moda, shocks eléctricos con desfibriladores cardíacos, un hijo que sueña con contar un último chiste a su padre moribundo, o un fisioterapeuta que practica el curioso arte de proporcionar alivio a clientes agonizantes. Otras de estas retorcidas historias tienen que ver con el fuego, las malformaciones, las criticas a la sociedad materialista, la bestialidad. Da la sensación de que, más que escribir para entretener y sorprender, Palahniuk utiliza la literatura como una especie de desfogue que apacigua sus fantasmas. No escribe para turistas; escribe para sus devotos acérrimos, atraídospor el despliegue de su salvaje y enfurecida imaginación y por un humor que rompe todos los tabúes. Además, otorga a cada historia un giro emocional que descoloca al lector, y que deja entrever de vez en cuando que el autor sabe con exactitud lo que hace, y que lo tiene precisamente donde él quiere. Palahniuk agarra al público desde la primera página y no para de zarandearlo hasta la última.

Con su característico humor negro, sus tramas terroríficamenteextrañas y su sátira de las patologías de la vida moderna, el autor continúa afianzándose como una de las figuras más transgresoras de la literatura actual. Invéntate algo conforma una macabra partida de ajedrez contra la sociedad actual, que tiene más del segundo término que del primero. Peones creyéndose reyes y reinas que salen del tablero, caballos saltándose las leyes de la incorrección política, torres derribando a los alfiles: un jaque mate fatídico. Palahniuk te involucra en su obra. Vamos, Invéntate algo, —dice— y a ver si después eres capaz de distinguirlo de la realidad.