El ocaso de los dioses – “La casa de papel”, de Álex Pina

por Nov 8, 2021

El ocaso de los dioses – “La casa de papel”, de Álex Pina

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Título: La casa de papel.

Creador y guionista: Álex Pina.

Reparto: Úrsula Corberó, Miguel Herrán, Itziar Iruño, Álvaro Morte, Pedro Alonso, Alba Flores.

Duración: 5 temporadas.

Fue, en origen, la serie del año. Dos temporadas después, se convirtió en la serie de la década. El tres de diciembre llega a su fin La casa de papel, con la emisión de los cinco últimos capítulos, que completan la última de sus cinco temporadas. Su creador, Álex Pina (Pamplona, 1967), no era un novato en el mundo de las series; antes había hecho lo propio con Los hombres de Paco o Vis a vis, pero ninguna alcanzó tanto éxito como la fenomenal producción de Atresmedia que luego recogió (y dotó de mundial fama) la todopoderosa Netflix. Aunque mantenga personajes, ideas, sistema expositivo y un hilo conductor a base de continuas analepsis, La casa de papel son dos series en una. Sucede así porque, realmente, con la temporada dos se ponía punto final a las aventuras del profesor y sus secuaces. Sin embargo, Netflix decidió prolongar las andanzas de la banda y dotar a la producción de tres temporadas más. En líneas generales, hablamos de una serie cuyo argumento gira en torno a dos importantes atracos: el primero, a la Fábrica nacional de moneda y timbre; el segundo, al Banco de España. Dirigidos por el Profesor (Álvaro Morte), la banda, siguiendo un plan meticulosamente diseñado, conseguirá salir victoriosa del primero… ¿y del segundo? Eso aún no lo sabemos.

Tratar de adentrarse en las entrañas del pensamiento del creador de cualquier manifestación cultural es perder el tiempo. Lo es porque, si ha dado detalles sobre su obra, tales detalles se conocen; si no lo ha hecho, porque todo lo que se diga es elucubración. Esto parece una perogrullada, pero es un importante punto de partida para enfocar el intento de interpretación de la serie. Adopto deliberadamente un punto de vista contextual. Bajo ese paraguas, la serie puede ser una incitación a la queja o a la rebeldía ante un sistema injusto, pues se aprovecha una ficción para criticarlo. Tanto es así que, a partir de la 3.ª parte (segundo robo), la gente conoce a los personajes y está inspirada en sus acciones previas, como en una suerte de ficción quijotesca. De hecho, la sombra de la serie es tan alargada que hemos visto cómo ciertas protestas se realizaban con la máscara daliniana y el mono rojo como enseñas. La casa de papel, entonces, es una referencia para muchos, directa o indirectamente, que se valen de su mensaje para perfilar el suyo. Esa es la grandeza de la ficción de Álex Pina: influir en numerosos espectadores para que, con algunos de sus medios, lleguen a los fines que se propongan.

Seguramente, habrá quien juzgue que toda esta idea es una invención injustificada. Creo de veras que el arte es un arma ideal para cambiar el mundo. Remontándonos a Horacio, el arte —en este caso el audiovisual— debe “enseñar deleitando”… y esta serie da una buena enumeración de enseñanzas. Además de sembrar la semilla del pensamiento crítico y de la queja contra lo injusto, no son pocas las alusiones feministas (o machistas o misóginas), la clásica dualidad pasión-raciocinio (en la que suele primar la primera), la importancia del trabajo en equipo, etc. Todas estas enseñanzas, visibles para quien quiera apreciarlas, no aparecen solas, sino que se acompañan de una importante cantidad de diversión, que incluye desde acción hasta humor crítico, ácido o absurdo, tal y como sucede con la paella a los acordes del mítico pasodoble Suspiros de España (temporada 4).

A todo esto, ¿por qué titulamos entonces “El ocaso de los dioses”, ¿si hasta ahora no hacemos sino elogiar a la gran serie que es La casa de papel? Quizás sea un chicle demasiado estirado. Las dos primeras temporadas se cerraron perfectamente, con un triunfo claro del profesor y su banda, que se fueron a disfrutar de los millones imprimidos en la Fábrica nacional de moneda y timbre. ¿Por qué hubo que inventarse un segundo robo que copia toda la estructura del primero? ¿Solo por el “gancho” que generó el primero? Las grandes enseñanzas siguen ahí; la diversión, también. Sin embargo, el espectador que ve La casa de papel desde la 3.ª temporada se queda con la impresión de estar repitiendo los contenidos de las dos primeras… y nada parece hacer creer que los últimos cinco capítulos —pendientes de estreno— borren la vigencia de esta sencilla opinión.

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