El libro de autoayuda feminista que ni te ayuda ni es feminista: “Mujeres que corren con lobos” de Clarissa Pinkola Estés

por Abr 17, 2020

El libro de autoayuda feminista que ni te ayuda ni es feminista: “Mujeres que corren con lobos” de Clarissa Pinkola Estés

por

Clarissa Pinkola Estés, Mujeres que corren con lobos

Idioma: Castellano

Barcelona, B de Bolsillo (Ediciones B)

752 páginas, 50 euros.

La psicoanalista junguiana Clarissa Pinkola Estés (Indiana, 1945) propone en Mujeres que corren con lobos (1992) un ejercicio de empoderamiento femenino en el que la mujer conecta espiritualmente con su “yo” primigenio. Su objetivo al escribir esta historia era transmitir una serie de ideas o principios que cambien el pensamiento de un público concreto, en este caso el de las mujeres. Es por esta premisa por la que, catalogado como «libro de autoayuda», actualmente se recoge la obra de Pinkola como parte de la teoría histórica del feminismo.

La autora propone una narrativa en la que aplica sus conocimientos psicológicos a una problemática social y lo enmarca todo dentro de un ambiente esotérico y una regresión a lo primigenio de la consciencia humana. Al mismo tiempo introduce diversos cuentos o leyendas reivindicando así la transmisión de la cultura a través de la narrativa oral. Sobre ello, asegura que hay que atender a estas historias desde el “oído del alma” –uno de los tres tipos de oído que tenemos– porque su función es la de retransmitir enseñanzas. Formalmente parece querer romper con la estructura propia del ensayo y aportar dinamismo y diversidad en la narración y en el propio contenido. Vemos con el ejemplo anterior esa fusión entre lo empírico y lo arcano que roza la pseudociencia.

Estos cuentos son introducidos únicamente para que extraigamos de ellos una moraleja, y la realidad es que las historias que introduce son tan cortas y se relacionan tan poco con el discurso de Clarissa que delatan una gran descompensación tanto estilística como en el contenido. En ningún momento se usan como introducción a la narrativa ideológica de la autora o como conclusión y contextualización a las ideas que propone, sino que simplemente adornan la teoría expuesta como si fueran un argumento más. El discurso de la doctora Pinkola es redundante hasta la extenuación por lo que estas historias, cuando vuelven sobre el discurso ya expuesto, resultan innecesarias y fatigosas.

El planteamiento de Clarissa Pinkola con este libro es el de afianzar la seguridad de las mujeres en sí mismas, es un llamamiento a la introspección como herramienta contra la alienación de la mujer que está sometida por un sistema global, patriarcal y capitalista. Para ello hace uso de 784 páginas –depende de la edición– de redundancias terminológicas en las que desarrolla hasta el agotamiento –del lector– la teoría freudiana del tótem animal y los arquetipos conformadores de la personalidad, el “yo” consciente y el colectivo de Carl Jung. Sin entrar en la validez científica que tiene o deja de tener el psicoanálisis y la teoría de Jung en la actualidad, la manera en la que la autora nos la acerca a través de este libro resulta risible por la falta de compromiso hacia uno de los dos mundos: el científico o el místico. La mezcla entre ambas perspectivas siempre ha tenido cabida dentro de la historia de la narrativa, desde el momento en el que los límites entre uno y otro han estado difuminados a lo largo de los años. Pero es cierto que hay que saber entrelazar bien las dos cosas o el resultado puede ser poco creíble, y cuando el objetivo es provocar un cambio de pensamiento en el lector, se necesita ser verosímil. El libro tiene un ambiente predominantemente esotérico que combinado con los escasos retazos de teoría psicoanalista no funciona como discurso objetivo; pero su falta de narratividad y el hecho de que las partes ficcionales son prácticamente nulas o irrelevantes tampoco hace que sea disfrutable literariamente.

Tras todo esto ¿por qué este libro cuenta con tan buena recepción actualmente? Parece que nos encontramos en una época en la que buscamos coordinar los avances tecnológicos con el primitivismo que parece extrapolarse a cada vez más ámbitos de la vida –social, moral, espiritual, económico…–. Solo hace falta ver el auge de géneros como la fantasía o la ciencia ficción fuera del marco infantil-juvenil o del llamado “neorruralismo”. En este sentido parece el libro indicado, ya que todo ello lo encontramos aplicado a la liberación de la mujer como elemento subyacente en la civilización patriarcal, no resulta extraño que se haya convertido en uno de los manuales feministas a tener en consideración en nuestros días.

Desgraciadamente, la propuesta de Clarissa Pinkola resulta en un limbo entre la superchería excesiva y la pseudociencia que no funciona a la hora de poner en práctica su propia teoría y que reduce los problemas de opresión hacia las mujeres a un mero arquetipo, sin tener en cuenta y sin explicitar que es la sociedad, capitalista, patriarcal y cis-heteronormativa la que con su hegemonía ha doblegado y marginalizado a ciertos grupos, y que la solución no pasa por una vida contemplativa en la que abstraerse hacia un “desierto” para encontrar a la “Mujer Loba”, sino en la lucha real, en el mundo real.