Todavía queda esperanza para el periodismo. “El pozo”, de Berna González Harbour

por Nov 12, 2021

Todavía queda esperanza para el periodismo. “El pozo”, de Berna González Harbour

por

Berna González Harbour, El pozo

Barcelona, Destino

304 páginas, 18,50 euros

El pozo, la nueva novela de Berna González Harbour (Santander, 1965), ha sido etiquetada por la crítica como “thriller periodístico”. En esta historia, la reportera Greta Cadaqués debe cubrir el caso de Estrella, una niña que se ha caído a un pozo de una finca situada a las afueras de Madrid. De modo que la protagonista se enfrenta a una investigación que, al contrario de lo que sucede paralelamente con el juicio por asesinato al que acude como jurado, no se puede resolver con la detención de un culpable. No hay ni buenos ni malos; el único enemigo es su propia profesión: el periodismo. La autora desarrolla todo un proceso reflexivo sobre la calidad del trabajo que se realiza actualmente en este ámbito y, aunque hace una crítica evidente al sensacionalismo, como ella misma indica en el epílogo, “este libro no es un ataque al periodismo. Sino un homenaje al periodismo de verdad”. Se presenta así un panorama en el que, a pesar de la decadencia de los medios de comunicación en favor del espectáculo y la manipulación sentimental, todavía no se ha perdido la esperanza en esa labor informativa del periodista que sigue teniendo como objetivo dar a conocer la realidad, la verdad.

En esta trama, que recuerda al caso real de Julen en Totalán, se contrapone hábilmente la crueldad de la prensa acosadora con ansia de reality, expuesta por Greta sin tapujos, con la propia realidad de la niña en el pozo. La narración, desde el punto de vista periodístico, va guiada y precedida por breves fragmentos en los que se muestra con delicadeza la perspectiva de incertidumbre, angustia, desamparo y vulnerabilidad de Estrella. De tal modo, al ofrecer una mirada a la que los medios de comunicación no pueden acceder, se busca la empatía del lector y humanizar la situación.

En cuanto al personaje de Greta, destaca por su fuerza y determinación. Igualmente, se aparta del canon femenino de belleza exigido por la economía de los medios audiovisuales y, en definitiva, por la sociedad actual. En oposición, Melania sigue ese molde de periodista-modelo, más modelo que periodista. Además, Greta consigue representar a un nuevo periodismo que quiere reformarse alejándose del comercio de desinformación y actualizando sus valores originales. Ella es esa nueva generación que cree en el valor de este trabajo y de poder ejercerlo, al mismo tiempo que sufre las consecuencias de su declive. Por ello, su principal apoyo es Quatremer, el reportero de guerra que gracias a su cámara ha dado a conocer al mundo los conflictos más importantes, la voz de la experiencia que le baja los pies a la tierra cuando todo el engranaje de trípodes, flashes y micrófonos pierde de vista la realidad movido únicamente por los números y la audiencia (o lo que es lo mismo, el dinero).

Finalmente, se puede señalar que el “pozo” que da título a la novela no es ese espacio físico ubicado en una finca perdida a partir del cual la sociedad se debate entre la esperanza por el milagro de que Estrella viva o la apuesta segura por su muerte, sino la gran metáfora de la que se sirve González Harbour para defender el futuro de su profesión, un futuro de compromiso con la responsabilidad que implica informar. La crítica presente en el libro no se trata de una crítica nostálgica, pasiva, anhelante del pasado; por el contrario, busca exponer los problemas para actuar en consecuencia, mira hacia la oportunidad de poder abrir una nueva vía de rescate.

“La noticia o la nada. Y la nada no solo era el fracaso del rescate, sino de las noticias en sí. […].  Nada era caer en el pozo para que muriera no la niña, sino el periodismo”.