El sol todo lo embellece y lo purifica. “Sorolla: a través de la luz”

por Jun 29, 2023

El sol todo lo embellece y lo purifica. “Sorolla: a través de la luz”

por

Sorolla: a través de la luz

Palacio Real de Madrid

Del 17 de febrero al 30 de junio de 2023

Comisarias: Dª Consuelo Luca de Tena y Dª Blanca Pons-Sorolla

Entradas desde 12 euros

La exposición Sorolla: a través de la luz, más que exposición convencional, es una experiencia inmersiva y desbordante. Este evento cultural realizado sobre la vida y obra artística de Joaquín Sorolla (Valencia, 1863) analiza su vida desde la perspectiva más objetiva, hasta la emocionalidad más subjetiva. Esta exposición contaba con cinco salas, dos de las cuales eran iguales y simplemente se diversifican para que haya más capacidad de aforo.

La primera sala contiene una cronología ilustrada de la vida del pintor, de la cual destaco cuatro periodos: 1876 – 1878, en la cual se elabora sobre el tiempo de formación de Sorolla en Valencia, pero más concretamente, cuando conoce a Clotilde, la que sería su futura mujer y musa de muchas piezas, a través del padre de su amigo Tono García del Castillo, el cual era mecenas de arte; 1904 – 1905, cuyo año fue el más productivo de su carrera, pues pinta alrededor de 250 cuadros, muchos de ellos ambientados en la costa de Jávea. En este periodo, además, empieza su exhaustivo estudio del color y la luz, el cual predomina en toda su carrera artística y quedará en la historia como un trabajo excelente; 1909, cuando viaja a Nueva York y cumple “la gran aventura americana”, en la que es parte de una exposición de inauguración del edificio de la Hispanic Society of America, fundada por el filántropo Archer Milton Huntington. En esta tiene mucho éxito internacional y gana mucho dinero; 1915 – 1916, en la cual nacen sus famosos paisajes de la playa de Valencia, en la que podemos ver una mejora y maduración del tratamiento de la luz. De esta etapa todo el mundo conoce el cuadro Niños en la playa, que habitualmente descansa en el Museo del Prado de Madrid; y, por último, 1926, un año lleno de éxito, pues aquí es cuando se instala La visión de España (terminada en 1919), obra de gran volumen sobre la cultura y el folklore español, expuesta en la Hispanic Society of America que ya inauguró en el pasado.

La segunda y tercera sala consisten una experiencia sensorial en la que se pueden ver cuadros 360º de Sorolla. En esta se intercalaba toda la obra pictórica del artista, con frases y correspondencia personales conservadas por la familia del pintor, la cual creó la Fundación Museo Sorolla. Es importante señalar que Clotilde, tras la muerte de su marido (1923), dona toda la obra artística de este al gobierno español. En esta sala tus sentidos eran estimulados desde todos los planos, pues los cuadros se movían y podías andar por la sala como si tu fueras parte del cuadro. Esto es, probablemente, lo más sobrecogedor de la experiencia sensorial, pues es como si Sorolla te hiciera partícipe y te pintara con sus pinceles. Entre estas animaciones de los cuadros, encontramos mayoritariamente cuadros sobre el mar y la España rural, el gran interés de nuestro galardonado pintor. En las cartas que escribía dejaba muy claro un mensaje a través de una mera frase: “Yo?? Pintor y nada más que pintor”, pero aunque él no lo viera, era más que un creador, de él mismo brotaba el arte, pues el mar de valencia corría por sus venas.

La cuarta sala estaba compuesta de una selección especial de cuadros de Sorolla, de los cuales muchos eran ejemplares de particulares nunca vistos antes. En esta colección se pueden ver como el tratamiento de la luz y el color en Sorolla sobrepasan todas las expectativas de la teoría pictórica. Para ver este contraste y gran manejo del pincel podemos ver el contraste entre los cuadros Figuras en el rompeolas (San Sebastián) y Barcas Pescadoras (Valencia). El tratamiento del mar en ambos es impecable, como si salpicara, más los colores con los que son representados son muy diferentes, pues se diferencia a través del cromatismo las aguas frías y oscuras del mar cántabro y las cálidas del Mediterráneo. El tratamiento de la luz también destaca en el cuadro Enganchando la barca, pues pareciera como si la luz emanara del propio cuadro.

En la quinta y última sala se encuentra la experiencia de realidad virtual, la cual recomiendo a todo el que pueda acercarse al Palacio Real de Madrid, pues nunca me había encontrado en una experiencia así y creo que son de esos momentos que vale la pena vivir. Eres transportado al desierto, a la playa de Valencia, al estudio de Sorolla de su casa de Madrid, entre otras cosas y es una actividad bastante divertida e impresionante. Es un gran broche para el final de la exposición, la cual creo de muy buena organización, gusto y talento.