Hay una mujer arrastrándose por la pared. “El papel pintado amarillo”, de Charlotte Perkins Gilman

por Oct 31, 2022

Hay una mujer arrastrándose por la pared. “El papel pintado amarillo”, de Charlotte Perkins Gilman

por

Charlotte Perkins Gilman, El papel pintado amarillo.

Sevilla, Editorial Avenauta

56 páginas, 11,30 euros.

El papel pintado amarillo de Charlotte Perkins Gilman (Hartford, 1860—Pasadena, 1935), escrito en 1892, se considera una historia que constituye una visión feminista sobre el lugar de la mujer en un matrimonio tradicional durante ese periodo. La propia Gilman fue una voz intelectual y una firme defensora de los derechos de la mujer. La mayoría de las revistas importantes se negaron a publicar esta historia y se perdió durante muchos años. Una vez recuperado, se ha convertido en un relato sobresaliente en muchas antologías literarias.

La protagonista de este relato es llevada a una casa de campo, en contra de su voluntad, para recuperarse de una enfermedad desconocida. Tras descubrir que una enfermera cuida al bebé de la pareja, el lector es llevado a pensar que la mujer ha sufrido un colapso mental a causa de una depresión posparto. La desgraciada protagonista será obligada a alojarse en una habitación con un papel pintado amarillento y rasgado, el cual se tornará el foco de su obsesión. En lugar de mejorar su salud, el decadente papel amarillo solo empeorará su condición, tras descubrir que una mujer fantasmagórica está intentando atravesar el papel pintado para llegar a ella.

El relato puede parecer una simple historia fantasmagórica donde predominan el suspense y la incertidumbre. En algunas ocasiones el lector se cuestiona si realmente existe este fantasma, que habita el papel amarillo de la pared o, simplemente, la protagonista está realmente enferma y presentando los primeros síntomas de psicosis. Lamentablemente esta historia cargada de simbolismos y una atmósfera asfixiante son un reflejo de lo que la propia autora tuvo que sufrir durante su depresión, siendo obligada a retirarse al campo y dejando a un lado su pasión, la escritura. Esta historia es un reflejo del sufrimiento de la propia autora durante su retiro y proyecta su opresión intelectual en el papel pintado amarillo de la habitación como un símbolo de obsesión para la joven protagonista. El ambiente asfixiante y las limitaciones impuestas por su marido o como lo ve ella, su carcelero, terminan acabando con la cordura de la mujer. Su descripción del papel pintado amarillo es un espejo de su sufrimiento interno, de la desesperación que siente y de la que no puede liberarse. Es un grito de desesperación ante su dependencia de un hombre que no la ve como un ser humano pensante, sino como un mueble decorativo en su poder. Desafortunadamente, Gilman, al igual que su protagonista, no logró escapar de ese pozo de soledad y desesperación, lo que acabó en su suicidio y la siguiente nota:
«Cuando toda la utilidad ha terminado, cuando uno tiene la certeza de una muerte inminente e ineludible, es el más simple de los derechos humanos elegir una muerte fácil y rápida en lugar de una muerte lenta y horrible.»

El papel pintado amarillo no fue una obra maestra de la literatura, pero sí un hito que señalaba el lugar de la mujer en un matrimonio y lo que podía ocurrirle a la mujer tras el nacimiento de sus hijos. La obra de Gilman es hoy ampliamente estudiada pero denostada en el momento de su publicación. Esta obra no sólo fue repudiada por su temática feminista sino por un tema, que incluso en la actualidad, causa burlas o incredulidad: las enfermedades mentales. Antes de que fuera común hablar de enfermedades mentales, la mejor manera de ganar salud era el aire fresco y la desocupación mental, en ocasiones privando al individuo de cualquier actividad que supusiera el más mínimo esfuerzo. La inactividad solo agravó la depresión de la protagonista al ser incapaz de cumplir sus papeles como madre y esposa y, como detonante final, privándosele de las aficiones que antes le traían consuelo.

La obra está escrita a modo de diario y en cada página podemos apreciar la angustia de la joven por ser descubierta haciendo algo prohibido. A medida que pasa el tiempo, las entradas son más infrecuentes y denotan el resentimiento hacia su marido, quien la ha encarcelado en la habitación y le ha despojado de todo aquello que la hacía feliz. El lector acompaña la progresiva locura de la protagonista; las visiones de la mujer tras el papel amarillo son más frecuentes y cada vez más tangibles. En un comienzo solo podía ver, pero, a medida que pasa el tiempo, la joven puede oler, escuchar y palpar aquellas alucinaciones. Su diario culminará con el trágico final de la protagonista que, finalmente, se verá liberada de toda opresión.

 

Fuentes:

Kessler, Carol Farley (1995). Charlotte Perkins Gilman: Her progress toward Utopia with selected writings (en Àngles). Syracuse: Syracuse University Press. ISBN 978-0815603047.

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