La magia de las travestis. “Las malas”, de Camila Sosa Villada
La magia de las travestis. “Las malas”, de Camila Sosa Villada
Camila Sosa Villada, Las malas
Barcelona, Tusquets
229 páginas, 18 euros

Las malas, de Camila Sosa Villada (Córdoba, Argentina, 1982), es la primera novela de la actriz y escritora cordobesa, quien ya había publicado un poemario y un ensayo autobiográfico, además de algunas obras de teatro. La historia es una ficción basada en los años en los que la autora trabajó como prostituta travesti en Córdoba mientras estudiaba Comunicación Social y Teatro. Las malas es un retrato del mundo que conoce allí, que, frente a la violencia y los peligros, está lleno de ansias por la vida, risas y alegrías.
Una noche, en el Parque Sarmiento, conoce a unas prostitutas travestis que pronto la integran en su grupo. Una cofradía forjada entre el Parque y la casa de color rosa de La Tía Encarna: una casa-santuario que ampara a las travestis que lo necesitan y donde la comunidad socializa, festeja, llora, aprende y puede estar tranquila. Una casa donde es normal pasearse desnuda, llevar a cabo ceremonias y ritos sincréticos, dar cobijo a un bebé abandonado e incluso, a veces, transformarse en animal. A lo largo del libro la autora se detiene en algunas de las integrantes y presenta a figuras como La Tía Encarna, María la Muda, Angie, La Machi Travesti, Natalí, Laura o La Pato. Pero, sin embargo, Las malas es una novela sobre las travestis, un número indefinido, muchas. Una novela coral que se sumerge en sus vidas. Sosa describe la fraternidad entre ellas: el tránsito de trucos estéticos y consejos laborales, las bromas y alegrías, la ternura y el apoyo mutuo. Las travestis se tienen unas a otras para enfrentar las miradas y los cuchicheos y las risitas y los insultos y las amenazas; las declaraciones diarias de rechazo de una sociedad que las criminaliza y no les da cabida. Una sociedad en la que muchos de quienes de día las desprecian, luego, por la noche, las buscan en arrebatos de urgencia y ardor. Entre la vida en comunidad y los episodios con los clientes, la novela incluye escenas del pasado que esbozan el retrato de los años de la protagonista hasta entonces. Un padre alcohólico y violento. Una madre sumida en el silencio y la impotencia. Su infancia y adolescencia están marcadas por la tensión entre la exigencia de ser y actuar como un niño y los impulsos para vestirse de mujer. Al principio sus amigas la visten y todo es como un juego, pero, a medida que pasa el tiempo, ella debe empezar a esconderse y ya pronto en la adolescencia es empujada a un mundo de adultos crueles y ruines. Si en el pasado se asientan los principios sociales que regirán sus vidas, el presente confirma que, pese a la sororidad entre las travestis, el repudio sigue siendo imperante. La magia alrededor de la casa rosa y el parque empieza a verse frustrada por expresiones de violencia que van en aumento. Desde reformas urbanísticas hasta insultos y sospechas. Los asesinatos y desapariciones también se vuelven más frecuentes y el grupo, poco a poco, pierde su cohesión. El universo travesti del Parque Sarmiento empieza a derrumbarse.
La escritura de Sosa es clara y directa. Su “retórica”—como ella diría—es cálida y está llena de humor. Da vida a un mundo generalmente concebido mediante estereotipos pero que para muchos es desconocido. Un retrato que intenta desmontar los mitos y creencias sobre un grupo que trata de sobrevivir en un contexto en el que los otros no quieren que viva. Las malas es un retrato de la magia de las travestis, “la magia más mundana”.