Novela detectivesca al estilo cañí. “Reina roja”, de J. Gómez-Jurado
Novela detectivesca al estilo cañí. “Reina roja”, de J. Gómez-Jurado
Juan Gómez-Jurado, La reina roja
Barcelona, Penguin Random House
568 páginas, 20,90 euros

Del autor de Espía de Dios (2006), Contrato con Dios (2007), El emblema del traidor (2008), La leyenda del ladrón (2012), El paciente (2014) y Cicatriz (2015) nos ha llegado en 2018 Reina roja, una novela al más puro estilo detectivesco. Juan Gómez-Jurado (Madrid, 1977) presenta una historia de intriga, un thriller policial que nos mantiene expectantes hasta el final. Gómez-Jurado es el tipo de autor que conocemos como accesible: accesible por las redes sociales (es muy activo en Twitter) y en entrevistas (en programas como La resistencia, Latemotiv o Ese programa del que usted me habla). Una de las anécdotas que más me impactó sobre su método de escritura es el lugar, pues al parecer se inspira para escribir historias como la que nos ocupa en un pequeño hostal situado cerca del Valle de los Caídos. Su éxito es demoledor. Se trata del autor español más vendido en formato online y ha ganado varios premios, entre ellos el VII Premio Internacional de Novela Ciudad de Torrevieja con El emblema del traidor. Una de sus series juveniles más famosas, la de Alex Colt, fue un encargo de su hija, quien le desafió a crear una saga de libros a raíz de la historia que le contaba para irse a la cama.
Antonia Scott no quiere ni oír hablar de Mentor, pero él la necesita así que no puede negarse a aceptar el encargo. El inspector Gutiérrez tampoco es nadie importante; de hecho, si no fuese porque metió la pata, no se habrían fijado en él para nada, pero las redes sociales en estos días son implacables y la única forma de limpiar su nombre es inmiscuirse en ese embrollo. Él es el único que conecta con Antonia y que consigue que colabore; viaja hasta Madrid para buscarla y consigue que se suba a un Audi. Ambos irán a La Finca, una urbanización de lujo en las afueras de Madrid, para participar en la investigación del asesinato del hijo de una de las mujeres más influyentes de España. Este asesinato, aparentemente irresoluble, los llevará por caminos que ni se imaginan y tendrán que enfrentarse a nuevos y viejos enemigos. Reina roja habla de ese tipo de personas que, si bien no parecen excepcionales, sí lo son.
Entre los personajes secundarios, algunos encajan perfectamente con personas reales de nuestra sociedad. La novela critica, a través de ellos, lo que está pasando en esta época, muchas de las hipocresías que se desarrollan a nuestro alrededor, las injusticias que nos negamos a ver y de las que incluso nos aprovechamos. Si bien es verdad que se observan algunos fallos de edición eso no desmerece la maestría literaria de Gómez-Jurado a la hora de crear dos personajes entrañables pero frágiles. Antonia, por un lado, con sus rarezas y Jon, por otro lado, con su homosexualidad, sus orígenes vascos, su vivir con la amatxo y su no estar gordo. Y es en este personaje en el que se aprecia uno de los puntos positivos más destacados de la novela: la homosexualidad de Jon no es algo que lo defina, ni algo que se convierta en un motivo recurrente o de gran importancia. Puede parecer una tontería pero a poco que escuchemos el testimonio de personas LGTB veremos que piden visibilidad y, sobre todo, normalización. Si hay un mensaje que deja claro esta obra es que vivir en sociedad es una responsabilidad por parte de todos. Nadie se puede escudar en su individualidad para no ver lo que le pasa a otra gente ni para preguntarse “¿por qué tendría que hacer yo algo al respecto?”. Vivimos un momento de cambios sociales, de reivindicaciones, y el autor nos lo deja muy claro: si no formas parte de la solución, eres parte del problema.