Perspectivas de futuro
Perspectivas de futuro
Si leo perspectivas de futuro
solo recuerdo lo que aún no ha pasado,
como si fueran fotografías viajadas hasta mí
de ti, de mí y del para siempre.
Si hablo de perspectivas de futuro
te imagino dándome la mano
cuando tengamos ochenta años
caminando por las calles de Madrid.
Si bailo sobre perspectivas de futuro
con setenta nos costará seguir el ritmo animado
de la juventud que aún no ha nacido
y que aún no nos ha visto mirarnos.
Si siento las perspectivas de futuro
con sesenta no iremos en moto como ancianos,
aunque la juventud no nos pegara demasiado,
seguirías teniendo la boca manchada de carmín.
Si fantaseo con perspectivas de futuro
te imagino con cincuenta años a mi lado,
volviendo a veces al pasado
y riéndonos siempre a la hora de dormir.
Si vuelo sobre perspectivas de futuro
con cuarenta la vergüenza se nos habrá marchado,
seremos la familia que habremos formado
y seguiré acariciándote las mejillas cuando te vea sonreír.
Si navego sobre las perspectivas de futuro
con treinta por todos lados estaremos viajando,
conociendo el mundo a nuestro antojo,
queriéndonos aún demasiado
y compartiendo en casa el mismo cojín.
Si respiro las perspectivas de futuro
para los veinte no queda tanto.
Me da miedo que esto no empiece,
porque quiero pasar
el resto de mi vida a tu lado.