Todo un homenaje. “Peregrinas”, de Joaquín Berges

por Jul 12, 2021

Todo un homenaje. “Peregrinas”, de Joaquín Berges

por

Joaquín Berges, Peregrinas

Barcelona, Tusquets

320 páginas, 19,50 euros

No es sencillo ambientar una ficción en el tiempo más cercano, mucho menos cuando ese tiempo lleva la etiqueta de “verano 2020” y sus protagonistas son tres octogenarias. Dorita —la principal maquinadora—, Fina —propietaria de un Volvo 850— y Carmen —que todavía mantiene el carnet de conducir— logran escapar de su residencia, donde han sufrido el confinamiento y han visto desaparecer, poco a poco y sin previo aviso ni oportunidad de despedida, a sus compañeros de sala, residentes que han sido víctimas del virus y del amparo que no se les ofreció. Con el verano que, en falsa esperanza, se llamó “nueva normalidad”, las tres ancianas deciden emprender un viaje como el del Camino de Santiago, o al menos eso es lo que percibe Fina, con claros síntomas de demencia incipiente. Mientras ella viaja con sus ojos por las ciudades y pueblos, por las iglesias y monumentos principales que guían hasta el destino de las peregrinas, Dorita y Carmen se dirigen, en sentido contrario, hasta Tarragona —donde Dorita tiene un asunto pendiente—. Estas deben estar atentas y cuidar de que Fina no descubra el engaño. Dorita traza un plan perfecto, un itinerario de paradas paralelas: las que vive Fina y por las que pasan Dorita y Carmen, junto con la ayuda de Julio, un personaje enigmático que las acompaña y que esconde más de un secreto.

Con la premisa de Peregrinas, Joaquín Berges (Zaragoza, 1965) presenta una novela que reflexiona en torno a los límites entre ficción y realidad, y a la forma en que se percibe en el mundo. No solo eso, sino que, además, se encarga de visibilizar a todo un sector de la población que apenas tiene representación ni en las políticas oficiales ni en las ficciones: el de la tercera edad (o la “tercera joven”, como dirían en mi pueblo) y su derecho a mantener vivas las ganas de vivir y de explorar el mundo. Las protagonistas no son solo ancianas olvidadas por la sociedad, apartadas en una residencia y condenadas a ser papeles secundarios; Berges las dota de toda personalidad, de poder de decisión, espíritu aventurero y conocimiento de sus propias limitaciones, que ellas mismas gestionan. Son personas con un futuro y un pasado, que se va descubriendo según avanza la novela: el desarraigo familiar de Carmen y su gestión de la soledad; el amor de Fina por su hijo enfermo; Dorita y el maltrato por parte de su marido.

Si bien Peregrinas reúne todos los ingredientes para encontrar el equilibrio entre entretenimiento y crítica social, y entre acción y reflexión, se percibe de forma  demasiado evidente que es un libro escrito con prisas. Se le notan las costuras, las impurezas y una escritura precipitada —con recurrentes rimas internas incluidas—. Los engaños a Fina —si, por ejemplo, cuestiona estar en la catedral de Burgos cuando, realmente, están en Zaragoza— se vuelven repetitivos. Los conflictos que se suceden también resultan forzados y muchas veces se resuelven con inverosímiles deus ex machinas. Todo apunta a que, más que una novela, sería una estupenda película de sábado noche: entretenida, para todos los públicos y que promete momentos de carcajada suelta y otros de posible lagrimeo. Aun así, la lectura de Peregrinas es ligera, divertida y un tanto alocada; y, además, cuenta con un final que compensa todas las prisas de redacción. Pero, sobre todo, la obra de Berges es todo un homenaje y un necesario grito de atención hacia la “tercera joven” que no merece volver a ser olvidada.

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