Violencia imparable. “Babysitter’’, de Joyce Carol Oates.
Violencia imparable. “Babysitter’’, de Joyce Carol Oates.
Joyce Carol Oates, Babysitter
Barcelona, Alfaguara
504 páginas, 21,90 euros

Joyce Carol Oates (Lockport, Nueva York, 1938) es, quizás, una de las autoras con más renombre del panorama actual de la literatura estadounidense. Escritora prolífica, ha sido galardonada con varios premios, como el National Book Award o la National Humanities Medal, el más alto galardón civil del gobierno estadounidense en el campo de las humanidades. Su última obra traducida al castellano, Babysitter, es un ambicioso thriller en el que la autora hace gala de nuevo de su valentía e inteligencia al arrojar luz a los aspectos más oscuros de la sociedad actual.
Corre el año 1977 cuando Hannah Jarret, mujer blanca de clase acomodada residente en Detroit, inicia una vida paralela a la que lleva como mujer casada y madre de dos hijos. Sin embargo, lo que comienza siendo un affair, terminará convirtiéndose en su peor pesadilla. Una aventura amorosa que no solo reactivará viejos traumas, sino que acrecentará el miedo por sus hijos tras la presencia de un asesino en serie que rapta y tortura a niños al sentir que, debido a su aventura, está descuidando a los más vulnerables de la casa. El lector podría tener la sensación, tras la lectura de esta novela, de que los paratextos que la rodean pueden generar una serie de expectativas o ideas preconcebidas a la hora de enfrentarse al texto. En esta novela, que oscila entre el domestic noir, la novela realista y otros géneros, Oates pone en jaque a la justicia estadounidense, pone sobre la mesa los problemas raciales de esta y, además, aborda la violencia sexual y el concepto de víctima, cuestionando los estereotipos que tenemos interiorizados.
Lo más destacable de la novela es, sin duda, el estilo de la autora: una narración que parece un torrente imparable que desvela la violencia estructural y omnipresente que se reproduce sin fin, que todo lo permea. Con ello, la autora empuja al lector a una sensación de ahogo, de desasosiego de la que le resulta difícil escapar. Su estilo hace incluso que parezca que el lector está presente ante lo que se le está narrando, y que es capaz de oler, tocar y casi sentir lo que se está describiendo.
Al estilo narrativo cabría añadir la elección de personajes y las distintas voces que se intercalan durante la narración. Hannah, la protagonista, puede parecer un personaje plano, sin personalidad, que es un mero resultado de las diferentes expectativas que la sociedad ha volcado en ella por su posición y condición de mujer casada y madre, un personaje con el que es difícil de empatizar pese a la violencia a la que es sometida ya desde niña. Las diferentes elecciones que toma en la novela, desde que se embarca en una aventura amorosa y acepta toda la violencia que se despliega a su alrededor, hace que el lector reexamine los conceptos que ha interiorizado sobre qué significa ser víctima, quién merece compasión y quién no. Asimismo, Oates pone en entredicho la fiabilidad de la memoria y de los testimonios, polemizando, sin duda, el papel de la justicia.
Si bien la novela demuestra lo ambiciosa que puede ser la autora, también reproduce discursos algo trillados que en ocasiones pueden abrumar al lector. Podría argüirse, por tanto, que conforme la novela avanza, se abordan más temáticas, pero lo cierto es que la autora consigue hilarlos todos de manera excepcional dentro de la trama, dejando como resultado final una excelente y fidedigna radiografía de la sociedad estadounidense de los 70, que, en cuanto a violencia estructural se refiere, no difiere en demasía de la actual.
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