El arte hecho aforismo, “El oráculo irónico”, de Ramón Eder

por Nov 6, 2019

El arte hecho aforismo, “El oráculo irónico”, de Ramón Eder

por

Ramón Eder, El oráculo irónico

Sevilla, Editorial Renacimiento

128 páginas, 14,16 euros

El aforismo es una composición literaria breve con una pretensión doctrinal caracterizada por su agudeza intelectual. Puede que esta sea la primera vez que lees acerca de esta literatura en miniatura marginada, pero seguro que, aunque no hayas sido consciente de ello, has leído muchos ejemplares a lo largo de tu vida.

Ramón Eder (1952), como ya había dejado claro en anteriores compilaciones bajo título, demuestra ser un gran demiurgo en este género, creando un libro que siempre va un paso por delante de tu mente, capaz de mostrarte cómo el ser humano puede olvidar ideas tan esenciales en la vida. Pero no todo es filosofía bajo el disfraz de lo aparentemente nimio y absurdo, sino que Eder también apuesta por un estudio metaforístico con el objeto de enseñar a sus lectores la verdadera complejidad de la composición del aforismo.

Entre las claves que envuelve dicha complejidad, se ahonda en la importancia de la extensión, en su finalidad, en el proceso creador que guarda tras de sí y en la forma con la que se muestran: “Los mejores aforismos suelen tener siete palabras”, “El buen aforismo antes de ser entendido del todo ya nos ha cautivado”, “Leer aforismos enseña a leer entre líneas”, “Los aforismos sobre el aforismos son aforismos que se muerden la cola”. Se podría decir que, de cierta forma, Eder labra un camino que el lector debe recorrer y entender para poder desentrañar el enigma que guarda un aforismo en su interior, dando unas pautas que en un principio se presentan como jocosas y desenfadadas, pero después de haber leído ya un par de ellas, te das cuenta de que en realidad todas están relacionadas entre sí, creando una trama astuta e ingeniosa.

Aprovechando tal oportunidad como es el publicar un libro, y más habiendo sido galardonado por su trayectoria como aforista en los Premios Euskadi de Literatura de 2019, en cada capítulo hay un hueco guardado para la crítica, dirigida en su minoría (porque la mayoría ataca a la moral) a los autores que pretenden ser eminencias dentro del mundo aforístico, pero que en realidad solo consiguen desvirtuarlo y ayudar al incremento del menosprecio reinante dirigido a estos juegos de palabras, de apariencia inofensiva pero de naturaleza letal y mordaz.

Antes de comenzar su lectura, mi prejuicio era el propio de una persona ante lo desconocido y poco aclamado, es decir, pensaba que cualquier hijo de vecino sería capaz de crear semejante composición vacua tanto en forma como en significado. Sin embargo, a medida que las páginas corrían por mis yemas, una nueva imagen fue tomando forma en cuanto mi perspectiva, arrepintiéndome acto seguido de haber sido tan necio e irrespetuoso. Es verdad que muchos de los aforismos que este libro guarda pueden resultar un tanto desconcertantes, hasta redundantes me atrevería a decir; o que haya ideas que son reiteradas varias veces, incluso cuenta con la repetición de un aforismo casi en su totalidad (así es Eder, me he dado cuenta), pero tal y como dice el autor, un buen libro de aforismos triunfa con tan solo lograr clavarte uno de ellos entre los pliegues de tus sesos, y en mi caso lo ha conseguido: “La consciencia no nos permite ser monstruos felices”.

Es sorprendente cómo tan solo dos líneas que se tardan apenas segundos en leer pueden suponer horas de trabajo y derivar en tantos minutos empleados en reflexionar y en lo leído. En este caso, la calidad supera a la cantidad: “Los grandes aforismos son siempre muy breves”. De esta forma, la verdadera esencia del aforismo no recae sobre las aptitudes del escritor, sino que queda a la merced de la capacidad cognitiva del lector. El poder que puede llegar a ejercer sobre ti y tu forma de ver las cosas queda limitado por tu propia persona y tu perspectiva de la realidad. ¿Irónico, verdad?