Historias creadas entre dos. Entrevista a Iria G. Parente y Selene M. Pascual

por Mar 20, 2019

Historias creadas entre dos. Entrevista a Iria G. Parente y Selene M. Pascual

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Iria G. Parente (1993) y Selene M. Pascual (1989) son dos escritoras de literatura juvenil que actualmente residen en Madrid. Con la característica de estar escritas a cuatro manos, cuentan con varias obras publicadas: la trilogía de Secretos de la luna llena (Alianzas (2016), Encuentros (2017) y Despedidas (2018)), publicada en la editorial La Galera; la saga de Marabilia (Sueños de piedra (2015), Títeres de la magia (2016), Ladrones de libertad (2017) y Jaulas de seda (2018)), publicada por Nocturna y que finaliza en 2019 con el quinto libro Antihéroes (2018), una historia autoconclusiva de ciencia ficción y fantasía de adolescentes con poderes que se desarrolla en Madrid y que va a ser adaptada audiovisualmente por Globomedia; y Rojo y oro (Alfaguara, 2017), una novela con inspiración en la mitología griega. En marzo de 2019 llega a las librerías su última novela, El orgullo del dragón, el inicio de la bilogía steampunk El dragón y el unicornio.

En 2012 publicasteis en un blog vuestra primera novela conjunta, Pétalos de papel. Cerrasteis 2018 con nueve novelas publicadas y en 2019 podremos disfrutar de El orgullo del dragón, en marzo, y de la quinta parte de Marabilia. ¿Cómo han evolucionado literariamente Iria y Selene durante estos años? 

Estos años nos han servido para aprender muchísimo, y estamos seguras de que vamos a seguir haciéndolo. Lo cierto es que cada nuevo proyecto te enseña cosas nuevas como autora, y esto es algo importante que todas las personas que escriben deberían tener en cuenta. Si bien el proceso de publicación también es un proceso de aprendizaje, puedes descubrir muchísimo de ti misma simplemente creando y escribiendo. Nosotras, por ejemplo, hemos llegado a ese punto en el que nos conocemos como escritoras y sabemos qué método nos funciona mejor, cómo nos motivamos más, cómo construir mundos y personajes… Incluso si no nos cerramos en banda a nada, sabemos cómo funcionamos, y eso solo se consigue con paciencia y tras escribir mucho (en nuestro caso, juntas, que también implica conocer los ritmos de la otra persona). También hemos depurado nuestro estilo y hemos superado algunos vicios “literarios”, aunque eso no nos ha impedido ganar otros. Al final, cada nuevo día de escritura es una aventura y es parte de la evolución. Y, si nos permitís decirlo, creemos que ahí también está un poco de la magia de crear historias: no saber qué te espera, pero sí ser conscientes de que sea como sea, al final cada hora de trabajo ha sido bien invertida.

Habéis realizado algunas visitas a centros escolares y vuestro público mayoritario es adolescente. ¿Qué opináis de quienes afirman de forma rotunda que los jóvenes no leen?

La gente joven sí que lee. La gente joven devora libros y lo hace con gusto, siempre que se les ofrezca el texto adecuado. El problema, si es que realmente se le puede llamar así, es que si de buenas a primeras le presentas a un grupo de adolescentes un clásico de la literatura de 1000 páginas, en la que no se ven reflejados, puede que no se lo acabe o que no lo aborde con el mismo entusiasmo que ese libro que sus amigas y amigos les han recomendado y que tiene personajes de su edad con los que identificarse. Pero no nos engañemos: eso pasa con el público joven y con el adulto.

 “La literatura juvenil se ha convertido en un fenómeno mundial que sostiene el mercado editorial en estos momentos y que es leído por igual entre el público lector joven y el adulto”

Aunque el público objetivo de la literatura juvenil es, como su nombre indica, joven, los adultos también disfrutamos de estas obras. Sin embargo, parece que leer juvenil no es leer literatura con todas sus letras. ¿A qué creéis que se debe esta infravaloración de la literatura juvenil?

La literatura juvenil sufre la misma infravaloración que muchos géneros literarios adultos, y las causas son varias: que se confunde con la literatura infantil y por lo tanto se cree que solo pueden leerla los niños y niñas; que está vacía de valores y no presenta temas universales, sino los que solo afectan a la adolescencia; la creencia de que toda la literatura juvenil se resume en esas obras que se han hecho bestsellers…, y, por supuesto, el hecho de que “si le gusta a una adolescente, ¿cómo me puede gustar a mí, hombre adulto de treinta años con una gran carrera lectora a mis espaldas?”.

En definitiva, muchas veces quienes atacan a la literatura juvenil lo hacen por clasismo o por ignorancia. Porque solo han tenido en las manos un libro de este tipo de literatura que les ha decepcionado o porque directamente han decidido no darle ni una oportunidad. Lo cierto, sin embargo, es que la literatura juvenil se ha convertido en un fenómeno mundial que sostiene el mercado editorial en estos momentos y que es leído por igual entre el público lector joven y el adulto. Nosotras estamos seguras (o eso queremos creer) de que seguirá ganando prestigio y en el futuro será tratada como se merece.

Iria y Selene (Fotógrafa: Elena Díaz)

Vamos a introducir un factor más al debate en torno a la literatura juvenil: escribir siendo mujer. Si observamos una librería veremos más títulos firmados por hombres que por mujeres, sobre todo en la ciencia ficción. En el último festival Celsius todas las escritoras de fantasía y ciencia ficción enviasteis un mensaje importante. ¿Cómo podemos conseguir más representación?

En realidad, hay más títulos de literatura juvenil firmados por mujeres. El problema no es que las mujeres no escribamos y publiquemos: el problema es qué se promociona en las mesas de novedades y qué se vende. Las editoriales tienen que hacer un esfuerzo mayor para promocionar a las autoras (en todos los géneros y en público para todas las edades) y el público lector también tiene que ser consciente de su consumo. A raíz de la invisibilización de las mujeres en la literatura han salido un montón de iniciativas que nos hacen darnos cuenta de cómo está dividida nuestra estantería por el género del escritor: por ejemplo, #LeoAutorasOct (https://leoautorasoct.wordpress.com/) es una campaña que pretende dedicar un mes de nuestro año lector solamente a autoras, porque hay muchas que descubrir. También hay iniciativas que hablan de dedicar todo el año a leer autoras, lo que es maravilloso y te acerca a libros que, de otras formas, habríamos pasado por alto. Recomendémonos autoras, también, entre nosotras, a nuestra familia y a nuestras amistades. Hagamos el esfuerzo, porque nunca debió ser un esfuerzo leer tantas autoras como autores en primer lugar.

Cuando el feminismo llega a nuestras vidas nos escuece un poco, pero nos cura. ¿Cómo cambió vuestra forma de crear historias cuando os pusisteis las “gafas violetas”?

Lo más importante es recordar que es un proceso, va poco a poco, no un cambio drástico. Empiezas viendo las cosas más grandes, las más obvias, y sigues dándote cuenta de otras que tenías muy interiorizadas, que puedes encontrar incluso en el lenguaje que usas: pequeños micromachismos que, sin darnos cuenta, están afianzando que nos menospreciemos como mujeres o perpetuando los roles de género. Nosotras nos dimos cuenta de lo muchísimo que ha cambiado nuestra forma de escribir y nuestra mentalidad al corregir Alianzas en 2016 para que se reeditase en La Galera Young, después de que en 2014 viese la luz con Everest. Ya no solo era que hubiéramos crecido como escritoras y nos hubiéramos deshecho de muchos vicios en la escritura, es que nos percatamos de que teníamos frases que caían en el sexismo. Nos alegró mucho poder arreglar ciertas cosas y queremos seguir mejorando con cada novela en este aspecto también.

En vuestra bibliografía encontramos obras de fantasía (Secretos de la luna llena y  Marabilia), ciencia ficción (Antihéroes) y una novela basada en la cultura grecolatina como Rojo y oro. ¿En qué ambientación os encontráis más cómodas a la hora de crear?

Aunque nos quedan muchas ambientaciones y géneros por probar, de momento nos quedamos con la fantasía. Es un género que nos da muchísima libertad y nos permite crear nuestros propios mundos y, lo que más nos gusta: nuestras propias reglas. Nosotras, personalmente, disfrutamos muchísimo del hecho de crear el universo y poner a nuevos personajes en él. De jugar con todo lo que tenemos aprendido desde pequeñas y cambiarlo, retorcerlo y hacerlo nuestro, desde los cuentos a conceptos que nos inculcan socialmente.

 “Es importantísimo que todo el mundo tenga la oportunidad de verse representado en el material cultural que consume: ya no solo novelas, sino series de televisión, cine, videojuegos…”

Algo que destaca de vuestras novelas es la amplia representación que dais a colectivos sociales históricamente discriminados, como el LGTB; así lo vemos por ejemplo en Títeres de la magia, Ladrones de libertad o Antihéroes. ¿Creéis que se está avanzando en cuestiones de representación o aún queda camino por recorrer?

Siempre queda camino por recorrer, pero por supuesto que se está avanzando. Ya que antes hablábamos de literatura juvenil, se nota muchísimo el cambio en España, por ejemplo, de la representación que había hace diez años a lo que hay actualmente en el mercado. Y eso es maravilloso, porque es importantísimo que todo el mundo tenga la oportunidad de verse representado en el material cultural que consume: ya no solo novelas, sino series de televisión, cine, videojuegos… Y la nueva generación de creadores y creadoras de contenido son especialmente conscientes de ello, quizá porque no se vieron representadas en el pasado y quieren solucionar eso para la gente que venga detrás.

Vuestros personajes están construidos con tal realismo que casi parecen salir de los libros. En vuestras novelas todos los personajes experimentan una evolución personal, especialmente en Sueños de piedra. ¿Con cuál de ellos os sentís más identificadas cada una?

Vamos a hacer un poquito de trampa y no nos vamos a atrever a responder directamente, pero por una razón: cada personaje tiene algo de nosotras, de una u otra manera, y su evolución es también la nuestra. Ya que hablamos de temas que nos tocan directamente, es inevitable que cada novela se convierta también en una búsqueda de nuestros propios valores, en las respuestas que nosotras mismas nos hacemos y en la superación de muchas cosas que hemos vivido en nuestra vida. No podríamos decir solo un personaje porque nos sentimos identificadas con todos los que tienen voz en nuestras novelas y hemos crecido y con ellos.

En 2018 concluisteis Secretos de la luna llena con Despedidas y este 2019 se dará el cierre de Marabilia, ambos continentes parten del mismo mundo. ¿Os planteáis más historias en este universo? ¿Cómo afrontáis el fin de una saga tan querida como Marabilia?

Todavía no sabemos qué pasará en el futuro, porque, aunque sí es cierto que nos gustaría descubrir más de ese mundo y contar más, hay proyectos que se han colado delante de nuestros planes iniciales. La verdad es que ni siquiera sabemos lo que va a pasar al final de Marabilia (estamos en ello, trabajando y escribiendo con la misma ilusión de siempre), y por eso tampoco nos atrevemos a decir nada sobre el futuro de ese universo. Lo que sí podemos comentar es que está siendo duro despedirse de los personajes de la saga y que nos ponemos muy emotivas cada vez que pensamos en decir adiós. Pero nos pasa con cada libro, incluso con los autoconclusivos: durante meses o años estás tan metida en una novela que al final forma parte de ti y, por eso es tan duro pasar página.

Iria y Selene (Fotógrafa: Elena Díaz)

Pronto podremos leer todas y todos El orgullo del dragón, una bilogía en la que abandonáis la narración en primera persona y homenajeáis las novelas del siglo XIX. ¿Qué encontraremos los lectores en Viria y Gineyka?

Todavía no podemos avanzar mucho, porque iremos descubriendo sus secretos poco a poco en redes sociales, pero en este nuevo mundo queremos hablar de los sistemas de poder y de todo tipo de opresión (de género, de sexualidad, de raza…). Es una novela muy coral en la que hemos trabajado mucho para explorar muchos temas diferentes y muchos tipos de personajes. Hemos puesto todo nuestro esfuerzo y queríamos que fuera algo diferente a lo que hemos hecho hasta ahora y, al mismo tiempo, que siguiese teniendo nuestra esencia. No sabemos si lo hemos conseguido, ¡así que nos estaremos mordiendo las uñas hasta que la gente pueda hincarle el diente!

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