Las marcas de la muerte. “Infamia”, Ledicia Costas
Las marcas de la muerte. “Infamia”, Ledicia Costas
Ledicia Costas, Infamia
Barcelona, Destino
282 páginas, 18,50 euros

Siendo ya una autora consagrada en literatura juvenil, Ledicia Costas (1979) entra en el mundo de la literatura para adultos con este thriller que hace partícipe al lector y lo envuelve en un mundo despiadado; un mundo no tan alejado de la realidad. Infamia no deja indiferente a nadie.
Emma Cruz se muda a un pequeño pueblo gallego cercano a la universidad para trabajar como profesora de Derecho Penal. El trabajo le sirve como coartada para intentar empezar de nuevo y dejar atrás los monstruos que la persiguen desde la muerte de su hermana Marina. Pero al llegar, lo que parecía un lugar tranquilo y desolado, se convierte en el mejor escondite de un suceso aún sin resolver. La desaparición de las hermanas Giraud, sucedida a finales de los noventa, ronda a todos aquellos que se atreven a quedarse en Merlo y Emma, movida por la soledad y la profunda tristeza a causa de la pérdida, comienza a investigar un caso del que descubrirá más de lo que le hubiera gustado.
Los traumas de la infancia, la degradación de la sociedad, el intento vano de olvidar…, ejes centrales en la vida de miles de personas que sufren en silencio y esconden su dolor, como los protagonistas de esta apasionante novela. Mediante una narrativa extraordinaria produce en el lector la sensación de vivir inmerso en los misterios que envuelven al pequeño pueblo costero de Merlo, a su gente, a su niebla. La niebla, uno de los rasgos más características en esta localidad, remite directamente a la obra de Unamuno con la que comparte nombre y que, sin duda, hablaba de algo similar: una bruma que se apodera de todo lo que está al alcance de la vista, ocultando y enseñando a partes iguales. Este es el aura en el que se enmarca la historia.
Costas aúna en Infamia los ingredientes esenciales para la creación de una buena novela de suspense: asesinatos, drogas, alcohol, corrupción, degradación y, sobre todo, una historia de amor que no opaca el hilo argumental. El lector se encuentra inmerso en la obra, no puede parar de leer, cautivado por una trama compleja que insta a querer más cada vez, sin embargo, el final queda descolgado del resto de la narración. La conclusión de la historia se plantea en, aproximadamente, diez páginas que condensan finales recurrentes, pero que no sacian la expectación generada previamente. Quizá se deba a que pueda existir una segunda parte que redondee los hechos y dejen satisfecho a un público acostumbrado a desenlaces concretos. Con todo, Costas arrasa en ventas con una novela espectacular que entretiene, invita a la reflexión y produce escalofríos.
Desconcierta, engancha, sorprende.
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