196 maneras de sentirte idiota. «Una vocación imposible», de Juan José Millás

por Feb 12, 2020

196 maneras de sentirte idiota. «Una vocación imposible», de Juan José Millás

por

Juan José Millás, Una vocación imposible

Barcelona, Seix Barral

736 páginas, 24,90 euros

Hay relatos que enganchan. Otros, definitivamente, aburren. Hay relatos que sorprenden, que divierten; y otros que conciencian. Hay relatos que le hacen a uno darse cuenta de detalles que no valoraba de su propia vida, y otros que lo trasladan a paraísos imaginarios para soñar en ellos. Pero hay pocos relatos que te hagan sentir imbécil. Y libros que te lo hagan sentir una y otra vez, durante más de setecientas páginas, aún menos. Juan José Millás (Madrid, 1952) es un experto en eso, en hacernos sentir idiotas. Y con su última publicación, Una vocación imposible, lo hace con más de ciento noventa historias diferentes.

En este último volumen de relatos publicado por Seix Barral, Millás ofrece su mejor narrativa: sus cuentos completos. Tan solo unos meses después de haber publicado La vida a ratos (2019), el escritor valenciano reúne en un solo libro todas las antologías de cuentos breves que ha ido publicando desde los años noventa: Primavera de luto (1989), Ella imagina (1994), Cuentos a la intemperie (1996), Cuentos de adúlteros desorientados (2003) y Los objetos nos llaman (2008). Entre el primer relato y el último hay diecinueve años de diferencia, y este es un hecho que ni si quiera para el propio Millás pasa por alto. En una entrevista concedida a La Opinión de Málaga, admitía encontrar cierta extrañeza al volver a trabajar con textos después de pasado tanto tiempo: “Es una sensación extraña de familiaridad y lejanía a la vez. La persona que los escribió ya no soy yo. A veces, leyendo algunos cuentos, me veía a mí mismo escribiendo, recordaba el momento, en qué lugar, en qué mesa lo había escrito y me producía una extrañeza de no ser ya ese. Y no solo eso, sino que sentía dificultades para comunicarme con esa persona. Pensamos poco en esto, en las etapas que pasamos en la vida; rara vez volvemos a reclamarlas”.

En estos cuentos –como en la mayor parte de su obra– el lector vuelve a sentirse por completo en las manos de su autor. Da la sensación de que siempre estamos donde Millás quiere que estemos: un paso por detrás de él. Y parece que somos el juguete que se mece en su historia a su voluntad, dando los tumbos que el autor nos tiene preparados para, al final, sufrir el vuelco absurdo que merece el relato y lograr que nos sintamos completamente idiotas. Pero se produce un masoquismo extraño que nos obliga a comenzar el siguiente para, en más o menos páginas, repetir el mismo proceso. Una y otra vez.

El relato de Millás se constituye así como una especie de cartografía de la psique humana. No se trata de dibujar una anécdota que sorprenda al lector, ni siquiera a un personaje original, todo (incluso los personajes originales y las anécdotas) se escribe en función de una totalidad que apuesta por la comprensión de la incomprensible condición humana. Y en esta paradoja se mueve continuamente su autor, que no parará de provocar una angustia movida por el humor absurdo, completamente inverosímil.

Es poco recomendable una lectura seguida y completa del volumen por la repetición de temas y formas que se sucede continuamente. Quizás hubiera sido conveniente hacer una selección de sus mejores relatos y haber pasado por alto aquellos que resultasen más repetitivos, pudiendo hacer de esta manera una obra más interesante. Aun así, Una vocación imposible es una oportunidad única de poder tener entre las manos todos los relatos de uno de los autores que más ha marcado la esfera literaria de los últimos años en nuestro país.

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