Tirando del hilo de la historia. “La particular memoria de Rosa Masur’’, de Vladimir Vertlib
Tirando del hilo de la historia. “La particular memoria de Rosa Masur’’, de Vladimir Vertlib
Vladimir Vertlib, La particular memoria de Rosa Masur
Madrid, Impedimenta
440 páginas, 23,95 euros

Vladimir Vertlib (Leningrado, actual San Petersburgo, 1966) es autor de diversas novelas de gran carga autobiográfica, entre las que destaca la particular memoria de Rosa Masur, por la que recibió los premios Adelbert Von Chamisso y Anton Wildgans en 2001. Los temas centrales de sus obras versan sobre los problemas de identidad, la emigración o el judaísmo. En la particular memoria de Rosa Masur, Vertlib, además, ofrece un gran fresco de la Rusia del siglo XX y aborda desde el humor temas de gran importancia en la actualidad: la memoria histórica y la corrección política.
En esta obra, su peculiar protagonista, una judía nonagenaria que nació en Vichí, Bielorrusia, llega a Gigricht, Alemania, cuando sus ciudadanos se preparan para celebrar el 750 aniversario del pueblo. Debido a dicha celebración, el ayuntamiento se ha embarcado en un proyecto algo ambicioso: un libro que recoja las memorias de los ciudadanos migrantes que residen actualmente en Gigricht. Será entonces cuando Rosa reciba una llamada para colaborar en dicho proyecto. A pesar de que su participación suscita cierta desconfianza en su entorno, especialmente a su hijo Kóstik y su nuera Frieda, Rosa accede a contar sus vivencias. Debido a su edad, se convierte en una participante muy valiosa, puesto que Rosa ha sido testigo de las grandes convulsiones del siglo XX: sobrevivió a los pogromos que caracterizaron entonces a su pueblo natal, se crio en el Leningrado de los años 20, presenció y participó en ‘‘la construcción del comunismo’’, fue obrera en una fábrica textil, traductora del alemán… Pero ante todo fue una madre que hizo lo posible por sobrevivir y mantener con vida a sus hijos durante el asedio a la ciudad de Leningrado, una época oscura en la que los rumores de canibalismo, el hambre, la muerte, la atmósfera de miedo y sospecha, y los bombardeos eran el día a día de la ciudad.
La ‘‘historia grande’’ y la ‘‘historia pequeña’’ se entretejen en esta novela de la misma forma que lo hacen el misticismo y la más cruda realidad. Brujas, contrabandistas, caníbales, soldados e incluso el propio Stalin son algunos de los personajes que el lector podrá encontrar entre sus páginas.
A través del humor e ingenio de su protagonista, Vertlib pone a la Unión Soviética a la misma altura de la Alemania nazi arrojando luz al antisemitismo de los ciudadanos y burócratas soviéticos. El autor evidencia, asimismo, la hipocresía del gran líder soviético al tolerar el nacionalsocialismo y establecer acuerdos con Hitler – como el pacto Ribbentrop-Molotov – hasta que en la pugna por el poder en el tablero europeo le obligó a participar en la II Guerra Mundial. Con esta novela, sin embargo, Vertlib va más allá y aborda un tema muy vigente tanto en la literatura como en la realidad: la importancia de la memoria histórica. La forma en la que el autor lo hace sigue la estela de Halbwachs (1877–1945), quien acuñó el término de ‘‘memoria colectiva’’ e hizo hincapié en la complementariedad de la memoria personal y la memoria social, y también la de Theodor Adorno (1903–1969) que añadió una dimensión moral al concepto de memoria histórica. Sin embargo, Vertlib, con su obra, señala cómo quizás, en estos tiempos que vivimos y que están marcados por la corrección política, estamos más preocupados por dar una imagen de corrección que en realizar las reparaciones necesarias para con el pasado, convirtiendo a víctimas, supervivientes y grandes sucesos de la ‘‘historia grande’’ en mero circo y espectáculo.