Un bestseller en el cruce de géneros. “Primera persona del singular”, Haruki Murakami

por Abr 21, 2022

Un bestseller en el cruce de géneros. “Primera persona del singular”, Haruki Murakami

por

Haruki Murakami, Primera persona del singular

Traducción de Juan Francisco González Sánchez

Barcelona, Tusquets

279 páginas, 18,90 euros

El lector de Haruki Murakami no es una rareza. El autor es un bestseller internacional y, a pesar de que el Nobel todavía se le resiste (más de uno dirá que no lo merece), tiene un público amplio que muestra un incuestionable interés por sus novelas. Es una redundancia comentar cómo algunos esperan ansiosamente sus publicaciones. Desde este punto de vista, la proliferación de géneros que encontramos en su bibliografía no sorprende. No exclusivamente por los intereses del escritor, que además es periodista y melómano, entre otras cosas. También debido a la demanda que existe por sus textos. Sus fanáticos (y los hay de sobra) ansían nuevo material. En España hemos visto esto en los últimos años: no solo se editaron, por primera vez, sus obras iniciales en 2015 (Escucha la canción del viento, de 1979; Pinball 1973, de 1980), también vimos cómo se recuperaron en 2021 sus conversaciones con Seiji Ozawa (Música, solo música, original de 2011), cuyas traducciones al castellano vieron la luz de manera bastante tardía. Ahora, desde La muerte del comendador, del 2017 (la traducción apareció en España dividida en dos partes, los siguientes dos años), no habíamos visto un nuevo trabajo de ficción del japones. Así, la expectativa en torno a Primera persona del singular, su reciente colección de relatos, no era poca.

El primer desafío que representa este libro está, precisamente, en su categorización. Sí, es un volumen que compila textos breves. También es cierto que varios de estos pueden entrar dentro de lo que comúnmente se entiende como ficción. Sin embargo, encontramos ejemplos que distan de la formula original de estos géneros, como es de esperar en la obra de cualquier autor contemporáneo. “Charlie Parker Plays Bossa Nova” fusiona el tono ensayístico con una prosa narrativa tradicional. La historia, de corte fantástico, no deja espacio para la ambigüedad: estamos ante una ficción. Aun así, el coqueteo con un género distinto, el del ensayo, en el cual la voz suele asociarse a la del escritor, insta a pensar que hay algo de Murakami en las páginas. La sospecha parece aumenta al avanzar hacia “With the Beatles”, donde el narrador, un hombre adulto que se dedica a escribir, recuerda cómo el cuarteto de Liverpool ha marcado su vida y está vinculado a su memoria. No es un secreto que el japonés también responde a esta descripción, como se evidencia en el hecho de que sus novelas y relatos lleven, en ocasiones, temas de The Beatles por título. El coqueteo con la autoficción (usemos el término sospechoso) se completa en “Antología poética de los Yakult Sweallows de Tokio”, en el que el tono ensayístico es completo, también el carácter rememorativo del texto y, finalmente, la identificación entre narrador y autor es expresa. A la luz de estos ejemplos, los otros relatos, que poseen cualidades típicamente murakaneanas (la presencia de elementos fantásticos, reflexiones de corte existencialista, una fijación por el tema de lo femenino que, a veces, resulta machista), se vuelven sugerentes. Es común la identificación de los protagonistas con el autor, sobre todo cuando narran en primera persona del singular. Se amplifica si algunos textos enfatizan la coincidencia entre la ficción y lo verídico.

Todo sea dicho, este volumen no es el de mayor calidad en la bibliografía del escritor japonés. Varias de sus novelas, e incluso algunos de sus ensayos, resultan más interesantes y complejos. Uno que otro de estos relatos se torna aburrido a medio camino. Aun así, el experimento resulta interesante. Quizá sea una sobreinterpretación del lector que ahora escribe esta reseña, pero Primera persona del singular se muestra como un volumen metaliterario, en el que Murakami regresa sobre los temas que le son común y sobre los tópicos que existen en torno a su literatura con una mirada paródica. Hace una concesión al lector menos profundo y, al mismo tiempo, guiña el ojo a sus seguidores atentos. Simultáneamente, y para quienes no se convenzan con el análisis, cabe subrayar que las virtudes del autor siguen presentes en casi todos los relatos: una prosa ágil, una exploración de temas poco comunes, un intento constante por producir textos originales (incluso si, a veces, el intento es fallido). En sus puntos bajos, el libro puede hacerse tedioso. Sin embargo, en sus mejores momentos, estas bondades, que lo han convertido en un bestseller, están condimentadas con un tono reflexivo y metaliterario que pocas veces hemos visto en su literatura.