¿Y comieron perdices?, “Un cuento perfecto”, Elísabet Benavent
¿Y comieron perdices?, “Un cuento perfecto”, Elísabet Benavent
Elísabet Benavent, Un cuento perfecto
Barcelona, Penguin Random House
635 páginas, 17,90 euros

Elísabet Benavent (Gandía, 1984), o Beta Coqueta, como es conocida por sus seguidores, es una autora valenciana, famosa en todo el mundo. Sus obras, traducidas a numerosos idiomas, se encargan de dar voz a historias de amor de todo tipo, sin importar edad, sexo o clase. Y es su forma de tratar con mimo cada palabra, y la forma de ayudar al lector a sentirse cómodo en cada historia, lo que hacen de Benavent una de las principales figuras de la narrativa romántica de los últimos años.
Un cuento perfecto es la historia de dos personas muy diferentes. Es, como bien dice la contraportada, la historia de “una mujer que lo tiene todo y de un hombre que no tiene nada”. Margarita (“Margot”, como ella prefiere que la llamen) es una treintañera que tiene la vida completamente solucionada. Tiene una vida “perfecta”: dirige una conocida cadena de hoteles, proviene de una familia acomodada y está a punto de casarse con un italiano de ensueño. ¿El único problema? Se siente una impostora en su propia vida. David tiene tres empleos y duerme en el sofá de su mejor amigo, a pesar de estar a punto de cumplir los treinta. Tiene una relación completamente tóxica con el amor, por eso no puede comprender la diferencia entre ‘estar enamorado’ y ‘ser dependiente’. Son dos personas antagónicas y, sin embargo, una noche se conocen en el pub en el que David trabaja los fines de semana como camarero.
La autora de la “Saga Valeria”, que llegará en forma de serie en mayo del 2020, rompe con los estándares de su narrativa con esta novela, que destaca por su extensión. Vuelve a hacer uso del tan aclamado recurso de la dualidad de voces en el discurso y crea con él una visión más amplia al lector, que se ve envuelto en la atmósfera de la historia cada vez que se sumerge entre sus páginas. El misterio que mueve al receptor de la novela desde el principio es descubrir ese “cuento perfecto” que reza la portada. Y Benavent sabe cómo mantener a lo largo de toda la trama esta expectación, haciendo que el lector realice un viaje introspectivo en el que descubrir qué es para él algo tan subjetivo como el concepto de “perfección”. Es la riqueza del léxico, mezclado con la sencillez, lo que atrapa al lector y da calidad literaria a una obra que sirve de entretenimiento a la vez que invita a la reflexión y busca una actitud crítica acerca de aspectos sociales que es necesario paliar. Así, la historia sigue el precepto del Omnia vincit amor, superando el amor obstáculos como la diferencia de edad o de clases, y dejando claro que lo más importante es tener el valor de atreverse a intentarlo.
Otro de los ejes principales de la literatura de Benavent es la importancia que se le da a la amistad. Los amigos son esa “familia que se elige” y en todas sus obras queda reservado un lugar privilegiado para ellos. No es menos en Un cuento perfecto. Se reflexiona sobre las relaciones, sobre el amor sano en contraposición con ese amor tóxico que hace creer que “querer” es sinónimo de “doler”. La relatividad de la belleza y la destrucción de los cánones recorren toda la obra e invitan a volver sobre todo aquello que la sociedad implanta como el único modelo.
Beta Coqueta vuelve a superarse con esta historia de amor. Una historia de amor propio, de autoconocimiento; el cuento perfecto que cada uno construye a su manera.
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