La arqueología nos dice. “La excavación”

por Mar 5, 2021

La arqueología nos dice. “La excavación”

por

La excavación

Dirección: Simon Stone

Reparto: Carey Mulligan, Ralph Fiennes, Lily James, Johnny Flynn, Ben Chaplin

Duración: 112 minutos

En 1938, la terrateniente Edith Pretty (Carey Mulligan) contrató al excavador-arqueólogo Basil Brown (Ralph Fiennes) para investigar unos montículos situados en el condado británico de Suffolk. Bajo la sorpresa del campo arqueológico y rompiendo los esquemas de todo academicismo, estos dos “aficionados” fueron quienes lograron descubrir lo que hoy se conoce como el yacimiento anglosajón de Sutton Hoo, datado del siglo VI o VII. Más concretamente, su nombre hace referencia al barco funerario que se encontró en uno de los túmulos y a su ajuar. La película de Simon Stone (basada a su vez en la novela homónima de John Preston, publicada en 2007) recupera la historia de su excavación y lo hace con un reparto impecable, una fotografía que se da a la belleza del medio natural y una música que merecería más que esta breve mención.

Más allá de las problemáticas que conllevó el descubrimiento y que conforman la trama de la película de Netflix, los restos del barco funerario y su tesoro suponen una suerte de reivindicación, un grito a reformular la historia y a no dar por sentados los discursos que creemos como verídicos. Esto no llama, sin embargo, a la revisión de la historia (y de cualquier ámbito humanístico) sin criterios o rigor científico, algo tan peligroso en la era de las fake news. Si la antigua sociedad anglosajona se consideró oscurantista y rudimentaria, el descubrimiento de Sutton Hoo reveló la complejidad de su estructura social y la riqueza de su cultura. Este cambio de discurso también se aprecia en el mensaje de la película que trata de reivindicar la figura de Brown como excavador del yacimiento, puesto que su nombre fue omitido de la historia hasta el siglo XXI.

No hay que olvidar que se trata de una ficción, alejada del discurso documental, y que, por tanto, asume alteraciones de los sucesos originales y de sus integrantes. Se ha hecho eco, aun así, la caracterización de Peggy Piggott, interpretada por Lily James: la trama borra por completo su cualificación como arqueóloga experimentada y la retrata como una mujer torpe, cuyos descubrimientos son más bien casualidades, y que se encuentra completamente subordinada a un marido que no la corresponde. Todos estos cambios, ya presentes en la novela, no son más que un intento de potenciar el drama de la ficción. Lo lamentable es que sean su trabajo y su personalidad los que se omitan en beneficio de una línea argumental amorosa (requisito indispensable para toda novela exitosa, claro), cuando lo que se está intentado reflejar es la reivindicación del mérito de Brown y de la historia de Sutton Hoo.

Polémicas aparte, La excavación habla, en su esencia, del paso del tiempo y de la permanencia del ser humano. A las puertas de la Segunda Guerra Mundial, el descubrimiento Sutton Hoo evidencia su sinsentido, pues lo único que perdura en la historia son objetos como anillos, cucharas y marcas de algún incendio. Todo resto corpóreo se funde con la naturaleza; hasta la madera se descompone. El barco excavado no es más que un rastro teñido en la tierra, todo un yacimiento fantasma. La sombra de una civilización completa. Sugiere, así, un Carpe Diem alejado de los discursos convencionales: el disfrute del presente sin melancolía, una aceptación de la finitud de la vida y, sobre todo, la apreciación del pasado. No es un Indiana Jones, no es la maldición de Tutankamón. La arqueología en La excavación es, sin duda, un trabajo manual, problemático y cargado de delicadeza; como lo es la película misma, trabajada, más que con pico y pala, con la precisión de la espátula y el pincel.

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