Buscando la verdad. “La chica de nieve”, de Javier Castillo

por Abr 27, 2020

Buscando la verdad. “La chica de nieve”, de Javier Castillo

por

Javier Castillo, La chica de nieve

Barcelona, Suma

512 páginas, 17,95 euros (eBook: 9,49 euros)

El 12 de marzo salió al mercado la última novela de Javier Castillo (Málaga, 1987), La chica de nieve, justo a tiempo para amenizarnos la cuarentena que se nos venía encima.  Este emergente escritor de novela negra, autor de otras tres publicaciones (entre ellas Todo lo que sucedió con Miranda Huff), cuenta una historia que no deja a nadie indiferente. Kiera Templeton, en 1998, en la víspera de su tercer cumpleaños, desaparece durante la famosa cabalgata de Acción de Gracias de Nueva York. Entre el bullicio y la muchedumbre, se produce un secuestro a ojos de todo el mundo, del que nadie se ha percatado, y no tardará en convertirse en un gran caso mediático. La prensa sensacionalista se abrirá camino devorando la humanidad. Unos padres derrumbados, desesperados, reclaman la actuación por parte de la policía; especialmente, cuando años más tarde empiezan a recibir cintas de vídeo en las que aparece su hija. La policía, por su parte, se enfrenta a una irremediable falta de pruebas, lo que le impedirá avanzar en la búsqueda de Kiera y motivará que el caso se archive, a pesar del empeño del agente Miller por no abandonar hasta encontrarla. Cuando todo esto sucede, Miren Triggs es estudiante de último año de periodismo y tal suceso no pasará inadvertido para ella. Miren se verá muy ligada e identificada con la figura de la niña a causa de sus circunstancias personales, lo que alimenta su espíritu periodístico siempre en busca de la verdad. Con desinterés y sin más fin que el de permitir que una hija vuelva con sus padres, ahondará tenazmente en la investigación.

Esta novela, que finalmente resulta ser más bien una metanovela, ofrece un panorama completamente desolador y no solo respecto a la situación de la desaparición y el secuestro, sino también en torno a todos los aspectos que rodean la vida de la protagonista Miren Triggs. Atrapa al lector en un mundo en el que cada acontecimiento que sucede es más sórdido y depravado y lo hace de tal forma que es capaz de agujerear la conciencia lectora e inevitablemente transformarla. Además, esta trama, en la que no parece verse la luz al final del túnel, produce un gran impacto porque ha reunido todos y cada uno de los incidentes que se podrían encontrar cualquier día en las noticias, condensados, ahora, en quinientas páginas. Así, el lector se está enfrentando verdaderamente a su propia realidad desgarradora y es esto lo que produce esa sensación de dolor. No obstante, todo este sentimiento lo palia, por un lado, el final y, por otro, la fuerte actitud de Miren. Esta, sin desfallecer y con un impetuoso empeño y determinación, no perderá nunca de vista su objetivo: recuperar a Kiera, movida por un propósito vital que ineludiblemente critica el mal periodismo: buscar la verdad.

Castillo hace una cuidadosa labor tejiendo esta historia, ya que los hechos se presentan fragmentados en dos perspectivas: la del narrador en tercera persona y la del narrador en primera persona, que es Miren Triggs; y, a su vez, en diferentes líneas temporales: la del secuestro (1998), la de la resolución (2010), el futuro (2011) y diversas temporalidades intermedias (2000, 2002, 2003, 2005,…). Resulta sorprendente cómo extrae los pequeños fragmentos en los que combina esas dos perspectivas con su correspondiente contexto temporal, los mezcla y los une para formar un conjunto en su totalidad, que se asemeja a un patchwork hecho con retales, en el que ningún hilo queda suelto.

Por último, una cita que apacigua y atenúa la oscuridad de la novela y que parece hablarnos en medio de la crisis actual: “Cuando todo parece el fin, en realidad se trata de un nuevo comienzo”.