El hombre en la sombra. “Putzi, el confidente de Hitler”, de Thomas Snégaroff

por May 31, 2022

El hombre en la sombra. “Putzi, el confidente de Hitler”, de Thomas Snégaroff

por

Thomas Snégaroff, Putzi, el confidente de Hitler

Barcelona, Seix Barral

399 páginas, 20,90 euros

 

Thomas Snégaroff (1974) es un periodista e historiador francés especializado en Estados Unidos. Putzi, el confidente de Hitler es su primera novela, y ha sido publicada en España por la editorial Seix Barral. En esta interesante novela, el historiador acerca a los lectores la que fuera, quizás, una de las figuras más controvertidas y fascinantes del siglo XX: Ernst Hanfstaengl, conocido como Putzi, »hombrecito». Putzi, como el título de la novela indica, fue una de las personas que pertenecieron al círculo de allegados de Hitler. Su virtuosismo al piano fue lo que le granjeó el éxito en los altos círculos nazis, como cuenta el historiador. Un éxito que, por otro lado, fue efímero. Putzi, además, al dedicarse a la música y al arte, conoció a grandes artistas del momento, así como a grandes dignatarios estadounidenses gracias a la educación que recibió en Harvard.

Esta novela está dividida en cuatro partes, y en ella, el periodista hace gala de su especialidad y pone al lector en la piel de un historiador que a través de los diferentes archivos, películas y testimonios, reconstruye la vida de este fascinante personaje. Ahora bien, sea por ambición, o sea porque es su primer trabajo, Snégaroff juega con el narrador y eso podría desconcertar a sus lectores: Si bien empieza siendo un mero receptor del testimonio de una persona, después evoluciona al historiador mencionado anteriormente, permitiéndose, además, emitir juicios de valor sobre su personaje y la ideología nazi. Lo cual revela a los lectores el pensamiento del propio autor: en su obra, donde pretende reflejar la idiosincrasia de una época tan convulsa a nivel político-social como lo fue el siglo XX, Snégaroff se permite ciertas licencias, y cabría la posibilidad de que ciertos comentarios pudieran causar un poco de desasosiego a sus lectoras, ya que podrían ser algo caducos. Snégaroff incurriría, además, y quizás de forma accidental, en una banalización o caricaturización del nazismo, pues lo retrataría como algo viril y característico de un exceso de testosterona, como si las mujeres no tuvieran su propia agenda política, y como si no hubiera mujeres convencidas y practicantes de este tipo de ideologías, a pesar de la época. O como si los únicos que se pudieran permitir este tipo de ideologías fueran señores rancios.  

Este híbrido entre ficción histórica y crónica no sigue una línea temporal cronológica, no al menos en las dos primeras partes. En esta ausencia de linealidad temporal, los lectores, a pesar de ser conscientes de que es una narración en retrospectiva, pasarán de hechos como el Putsch de Munich, a la Primera Guerra Mundial, para volver a un tiempo presente y regresar de nuevo a un tiempo pasado, cuando Hitler y Putzi apenas empezaban a entablar una relación más cercana. Lo cual, para ciertos lectores, podría resultar confuso. A nivel histórico-político, el trabajo de Snégaroff, que demuestra que ha seguido una investigación rigurosa y exhaustiva, es de gran valor e interés. El autor, además, pone al mismo nivel a la Alemania Nazi y al democrático Estados Unidos, señalando no solo cómo Hitler bebió de los diferentes intelectuales estadounidenses para escribir su Mein Kampf, sino que los segregacionismos, la xenofobia, y el racismo no son algo endémico, y fue más bien lo que caracterizó a las políticas de occidente durante el siglo XX. Si bien el autor condena las políticas de ambos estados entonces, quizás habría sido interesante señalar que más que algo característico de los estados occidentales, el problema reside en cuando el enemigo se convierte en »otro» y las estructuras que facilitan el desarrollo y ascenso de este tipo de ideologías y partidos permanecen intactas. A pesar de que el protagonista de esta historia, Putzi, abogaba siempre por políticas internacionales y por la diplomacia, en ocasiones, el lector podrá apreciar cómo Snégaroff empatiza con él, y aunque es innegable que no le exime de su parte de culpa, sí que puede parecer que le retrata como un agente pasivo de la historia, como si Putzi se hubiera dejado, como afirmaron muchos, seducir por el carisma de Hitler y no tuviera su propia agenda política. 

En definitiva, con su novela debut, Snégaroff seducirá a los lectores a los que les agrade la historia y la política, pero aquellos que sean un poco más exigentes respecto a la estructuración de la novela y a la implicación del autor en su propia obra quedarán algo decepcionados. Aquellos que decidan darle una oportunidad a esta lectura es mejor que no vayan con la expectativa de encontrar una especie de thriller debido al personaje tan controvertido y fascinante al que ha decidido hacer protagonista Snégaroff. Simplemente se sirve de él para presentar el panorama histórico-político de la época, pero no llega a explotar la parte de ficción en su novela, y queda más como una crónica histórica que otra cosa. 

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