Feminizando a Sherlock Holmes. “Miss Sherlock”
Feminizando a Sherlock Holmes. “Miss Sherlock”
Miss Sherlock
Dirección: Yusuche Taki
Reparto: Yuko Takeuchi, Shihori Kanjiya, Tomoya Nakamura, Yuki Saito, Kenichi Takito
Duración: 8 capítulos (45 minutos aproximadamente c/u)

La programación de series nipona ha aumentado considerablemente en los últimos tiempos. Japón es un país que antes apenas conocíamos gracias a las series de anime, pero del que poco se sabía en relación a otro tipo de producciones. Últimamente, e impulsado en gran medida por plataformas de streaming como Netflix o HBO, el país asiático ha cobrado un gran protagonismo con series como “The many faces of Ito” o adaptaciones como “Desaparecido” o “Death note”, más o menos criticadas.
Miss Sherlock es la adaptación, femenina y nipona, del clásico de Arthur Conan Doyle y se nota en numerosos detalles que comparte con otras producciones inspiradas en dicha obra, como la serie protagonizada por Benedict Cumberbacht y Martin Freeman. Sherlock es una persona un tanto asocial, quienes la conocen de cerca la quieren o admiran, pero es muy difícil llegar a ese nivel de intimidad con ella. Toca un instrumento de cuerda para inspirarse (un contrabajo en el caso de la producción nipona, un violín en el de la inglesa), posee un nivel de deducción envidiable que la posiciona como uno de los recursos externos favoritos de la comisaría de policía (o al menos de uno de sus inspectores) y tiene un hermano en el gobierno, lo que le facilita la vida a la hora de conseguir información o recursos para sus casos.
Como todos sabemos, la figura de Sherlock Holmes es la de un detective algo sociópata, con actitudes que le ganan el desprecio de mucha de la gente que lo conoce y una adicción a resolver crímenes y a hacer experimentos. Pero la producción japonesa no solo repite algunas de las características más destacadas del detective en su protagonista femenina, sino que le da su propio toque “oriental”. Partiendo de que no es igual lo oriental per se que lo oriental que nos llega a occidente, se ven en esta serie algunos rasgos propios de lo segundo. Es el caso de la famosa educación oriental, esto es, las inclinaciones al saludar, los modismos del lenguaje (algo que se nota mucho mejor si la vemos en versión original) y algunos otros detalles que hacen que el comportamiento de Sherlock (que ya se saldría de lo normal en una sociedad “menos rígida” como la occidental) sea mucho más llamativo y, por lo tanto, menos aceptado socialmente.
A pesar de tratarse de una serie de corta duración (apenas 8 capítulos de menos de una hora), la variedad de casos es bastante notable. Desde algunos un poco más cómicos como es el de “Sachiko’s Mustache” hasta otros que se imbrican al tener el común denominador de un enemigo importante, como el de “Stella Maris” o “The Dock”; por supuesto, sin olvidarnos de los típicos del detective en los que parece que todo tiene un origen sobrenatural, pero finalmente se desvela la cuál es el origen del misterio. Como en “The Wakasugi Family Curse”. Una de las críticas que se le “puede” hacer es que, viendo cómo están las cosas en este tiempo, los productores se hayan subido al carro del feminismo para lograr una mayor audiencia. Personalmente, me parece más una queja infantil que una auténtica crítica. La feminización de ciertas obras nos aporta un nuevo punto de vista, una nueva perspectiva que podríamos estar perdiéndonos con versiones más canónicas o tradicionales. El acervo cultural no es limitado, todo lo que aporta nuevas visiones (ya sean de género, de espacio o de tiempo, por ejemplo) nos aporta una mayor riqueza y un extra que es de agradecer en productos culturales.
En definitiva, se trata de una serie que vale la pena ver. Si eres fan del mítico detective, recomiendo verla y comparar con obras más tradicionales, sacar semejanzas y diferencias y disfrutar, cómo no, de una gran serie inspirada en una gran obra literaria.