Maternidad e identidad en torno al río. “Esta herida llena de peces”, de Lorena Salazar Masso
Maternidad e identidad en torno al río. “Esta herida llena de peces”, de Lorena Salazar Masso
Lorena Salazar Masso, Esta herida llena de peces
Tránsito, Madrid
168 páginas, 16,90 euros

Lorena Salazar Masso (Medellín, 1991) ya había debutado en el género narrativo con la publicación de algunos cuentos en revistas junto con una creación destinada a un público infantil. Su primera novela, Esta herida llena de peces (2021), ha cosechado críticas más que favorables y la ha situado en el campo literario en castellano como una nueva autora latinoamericana con grandes posibilidades literarias. El lirismo que caracteriza su prosa y la alegoría del río le sirven a la escritora para estructurar un relato bello pero a la vez complejo y en el que se abordan con maestría diferentes temas de hondo calado como el concepto y la definición de “maternidad”, el clima de violencia que aún predomina en ciertas geografías, como la colombiana, y la cuestión racial.
Una madre y un hijo innominados viajan durante días en una canoa a través del río Atrato, uno de los más caudalosos de Colombia. No lo hacen solos sino que están acompañados de la conductora de la embarcación y de su ayudante, así como del resto de navegantes, entre los que destaca Carmen Emilia, una mujer que actúa como catalizador de los recuerdos de infancia y juventud de la madre. Parten de Quibdó y, tras distintas paradas —Beté, Tagachí y Vigía—, el destino final es Bellavista. ¿El objetivo del viaje? Reencontrarse con Gina, la madre biológica del niño, quien lo dejó en manos de la protagonista cuando solo era un bebé y ahora reclama su presencia junto a ella.
La definición del concepto de “maternidad”, como se apuntaba en el primer párrafo, ocupa un espacio predominante en esta narración que ofrece a los lectores la madre adoptiva: “Una mujer se convierte en madre cuando su bebé chilla por primera vez, cuando aprueban los documentos de adopción, cuando alguien deja un niño encima de su cama como si fuera una flor marchita. Llega. Ser madre es algo que llega”; “Una madre es una cáscara. Guarda la semilla, cubre, protege, se abre para que salga el fruto. La madre tiene al hijo adentro, el hijo tiene a la madre alrededor”; “Una mamá es la persona que está”. Afirmaciones como esta abundan en el texto en boca de la protagonista y configuran la idea de “madre” que tienen tanto ella como su hijo. Un hijo negro, de una madre biológica negra, al que ha criado una madre adoptiva blanca. Entran en juego entonces planteamientos como la identidad a través del color de la piel, que lleva a la narradora a rememorar episodios de su pasado, en especial de su infancia, en los que se sintió discriminada y, por consiguiente, diferente a las demás personas de su entorno. Otros aspectos pueden subrayarse en la novela, como la importancia de la cultura popular —destacan los “alabaos” que cantan las mujeres en determinados acontecimientos—, el temor de las madres ante la pérdida de los hijos (que recuerda, en cierta medida, a Distancia de rescate, 2014, de Samanta Schweblin) y el uso de un cuidado lenguaje, muchas veces descriptivo y plagado de metáforas. La herida del título también se encuentra cargada de simbolismo. Salazar Masso utiliza esa potente imagen —presente también en la portada a modo de río que sangra con un niño negro sobre él— para hablar del dolor, de la pérdida, de la carne. Pero también del agua, de la naturaleza, de la vida y de las despedidas. En definitiva, Esta herida llena de peces es una recomendable lectura que, conformada por unos personajes que intentan sobrevivir en un ambiente hostil a pesar de sus esfuerzos por crear vínculos afectivos duraderos, ha servido a su autora para iniciar con éxito su trayectoria novelística.