Miedo constante. “La trinchera infinita”
Miedo constante. “La trinchera infinita”
La trinchera infinita
Dirección: Aitor Arregi, Jon Garaño, Jose Mari Goenaga
Reparto: Antonio de la Torre, Belén Cuesta, Vicente Vergara, Emilio Palacios, José Manuel Poga, Esperanza Guardado
Duración: 147 minutos

El pasado año 2019 se conmemoró el ochenta aniversario desde el final de la Guerra Civil española, que dio inicio a la dictadura franquista y con ella al miedo, a la represión y en muchas ocasiones a la sed de venganza. De la mano de Aitor Arregi, Jon Garaño, Jose Mari Goenaga, los directores de Loreak (2014) y Handia (2017)—dos meritorios filmes que, rodados íntegramente en euskera, fueron ampliamente alabados por la crítica—, la gran pantalla tiene la suerte de proyectar La trinchera infinita (2019), una historia en la que se combinan ese miedo atroz a perder la vida, aun habiendo perdido la libertad, y esa retorcida ansia de venganza del enemigo para dar lugar a una persona escondida en su propia casa durante treinta larguísimos años.
Rosa (Belén Cuesta) e Higinio (Antonio de la Torre) forman una pareja ilusionada, recién casada, con toda una vida por delante para estar juntos, cuando en 1936 la Guerra Civil estalla y su felicidad se ve resquebrajada por completo. Los republicanos del pueblo, entre los que Higinio destaca como uno de los más activos, corren por las calles alejándose de los tiros de las escopetas enemigas. Muchos de ellos son alcanzados, pero algunos “afortunados” consiguen escapar dejando atrás a sus familias, sus hogares, su vida. Higinio se mete en un estrecho agujero que hay en su casa. Higinio tiene miedo. Higinio se esconde. Rosa no quiere estar sola. Rosa aguanta. Rosa sufre. Y juntos esperan. Y esperan. Y pasan treinta años esperando.
Si a eso se le puede llamar vida, la vida sigue. Para unos, cara al sol, paseando por las calles con la frente alta, pero para otros, agazapados, en la oscuridad, en una trinchera eterna que parece no tener fin. La atmósfera de angustia que se respira en la casa de los protagonistas traspasa la pantalla e inunda la sala haciendo partícipe al espectador de esa misma sensación, del ahogo, del mencionado miedo, que es el monstruo que todo lo domina. La acertada fórmula con la que se forja la película nace al conjugar la cuidada escenografía con la formidable interpretación de los dos actores sobre cuyas espaldas recae todo el peso del guion. Antonio de la Torre lleva años en la cumbre del cine español gracias a una consolidada carrera plagada de éxitos, de grandes papeles e interpretaciones y de merecidos reconocimientos, entre los que destacan dos premios Goya. Belén Cuesta comenzó su carrera haciendo comedia, pero recientemente ha iniciado su revelación dramática, perfilándose como una actriz camaleónica muy capaz de imbuirse en cualquier registro. Su papel como Rosa, esposa fiel y paciente que vive con la angustia agarrada a sus entrañas, le ha valido para recibir el Premio Feroz 2020 a la Mejor Actriz Protagonista. Sumando este magnífico reparto a un guion más que esmerado, no resulta extraño que el filme haya resultado recientemente ganador del Premio José María Forqué 2020 al Mejor Largometraje de Ficción y que cuente con 15 nominaciones para los Premios Goya. Además, ya a finales del pasado año la cinta recibió el Premio Feroz Zinemaldia 2019, lo que no hace otra cosa que confirmar que desde que el público y la crítica pudieron asomarse a esta ventana oscura descubrieron su valor y la actualidad que se respira en ella.
La trinchera infinita es una historia de vencidos frente a vencedores a lo largo de tres décadas. Una historia de ficción, pero con un sustrato tan real que genera una profunda angustia en el espectador al pensar en la de casos, en la de nombres y apellidos, en la de personas que tuvieron que permanecer tras una pared, en un armario, en una buhardilla… para poder conservar la vida. Una historia ambientada en el siglo pasado y sin embargo más actual y necesaria que nunca. Una historia que rescata del olvido un pasado que, desde luego, no fue mejor y que nos hace recordar la verdad para jamás volver a cometer los mismos errores.