La magia de la escritura. “Recuerdos del futuro”, de Siri Hustvedt

por Jun 24, 2019

La magia de la escritura. “Recuerdos del futuro”, de Siri Hustvedt

por

Siri HustvedtRecuerdos del futuro 

Traducción de Aurora Echevarría 

Barcelona, Seix-Barral 

416 páginas, 21 euros 

Con “Recuerdos del futuro” Siri Hustvedt (Minnesota, 1965) introduce al lector en una máquina del tiempo que le permite viajar desde su indeterminada temporalidad a 2016, 1978 o la década de los años 60. De este modo, se convierte en testigo de la conversación entre los distintos yoes de una escritora cuyo nombre se desconoce, pero que, casualmente, comparte iniciales con la autora y el afamado detective Sherlock Holmes.  

Las primeras páginas de la novela parecen albergar la intención de relatar la vida de una joven escritora de 23 años que se traslada desde su pequeño pueblo natal a Nueva York en búsqueda del intrépido héroe que protagonice sus novelas. Sin embargo, la soledad de la gran ciudad la llevará a reencontrarse con su infancia, a sumergirse en los recuerdos y a analizarlos desde una doble perspectiva: la de su “yo” de entonces y de ahora. Esta situación también propiciará su obsesión por el comportamiento de Lucy Brite, una vecina que llegará a convertirse en su heroína particular en cierto momento de la novela. Durante este periodo, la vida de sus detectives adolescentes, Ian Feathers e Isadora Simon, estará en su momento de máximo esplendor, hecho que brindará numerosas reflexiones metaliterarias. No obstante, durante la peligrosa noche neoyorquina conocerá a Whitney, quien no sólo será su íntima compañera de aventuras, sino también su secreta identidad deseada porque su “brutal y fría” personalidad, su seguridad y su osadía hacen de este personaje el modelo de mujer fuerte e independiente que muchos hombres parecen haber preferido no retratar a lo largo de la historia.  

El modo a través del cual la S.H. contemporánea recuerda todas sus vivencias la empuja, irremediablemente, hacia una constante reflexión acerca de la memoria, facultad sobre la que la imaginación ejerce una gran influencia: “Dime dónde termina el recuerdo y dónde empieza la imaginación”, pregunta a su otro yo, a aquel que se ha desvanecido en las sombras del ayer, pero que permanece en la experiencia. Por tanto, parece que para rememorar es indispensable dialogar con quien se fue en el pasado, convirtiendo así al lenguaje en un elemento indispensable de la ecuación. Con la literatura, el diálogo da cabida a un espectador más, ajeno, en principio, que también juzga, reflexiona y analiza; gracias al cual se mantiene vivo el espíritu de los libros. Para que esto ocurra, el autor ha de inmiscuirse en la temporalidad del lector, acto que Hustvedt considera mágico.  

La reflexión sobre la memoria trae consigo la problemática del paso del tiempo y la incorporación del único personaje que directamente comparte con S.H. la actualidad: su madre, a través de quien se demuestra lo inestable que puede llegar a ser el convencionalismo social del tiempo y el incremento de la fragilidad que puede sufrir la memoria durante ciertas edades. 

Hustvedt consigue que una historia en la que sólo existe una narradora adquiera carácter polifónico, pues la desdobla en diferentes entidades que se corresponden con diversos puntos en su propia línea temporal. Además, la fuerza con la que los demás personajes (vivos o muertos, reales o ficticios) influyen a S.H. permite que sus voces se introduzcan en el discurso, bien porque han conseguido cambiar la perspectiva con la que juzga el mundo, bien porque siembran en ella temores, dudas o rencores, o bien porque, simplemente, las admira y ama. Por tanto, “Recuerdos del futuro” es una historia que en su interior alberga muchas más, es una novela que deja bien claro que la escritura, la literatura, es uno de los hechizos a través de los cuales puede conseguirse la inmortalidad