“The House that Jack Built”: El cine que Lars construyó

por Ene 24, 2019

“The House that Jack Built”: El cine que Lars construyó

por

The House that Jack Built

Dirección: Lars Von Trier

Reparto: Matt Dillon, Bruno Ganz, Uma Thurman

Las películas de Lars Von Trier (Kongens Lyngby, 1962) son un desafío. Pero, ¿a qué? Sin duda, al cine como forma artística. El director constantemente está buscando nuevas vías de expresión, elementos novedosos para incorporar a su lenguaje audiovisual, lo que le permite explorar lugares complejos, difíciles de llegar, a los que muchos no se atreven a ir. Esto lleva a otra entidad desafiada por los filmes del danés: el espectador. Sus películas se han hecho cada vez más extremas y, por tanto, difíciles de soportar. Desde la violencia extrema de Antichrist (2009) hasta las (extremadamente) explícitas, e incluso agresivas, escenas de sexo de Nymphomaniac Vol. 1 (2013) y Vol. 2 (2014), es imposible permanecer tranquilo frente a la pantalla. Ya no sorprende leer que, en los festivales en los que el director presenta sus películas, parte de la audiencia abandone la sala.

En este sentido, la trama de su última producción, The House that Jack Built, que gira en torno a un asesino serial, es por sí misma una advertencia. Jack estudió ingeniería, pero su pasión es la arquitectura y, durante años, se dedica a diseñar e intentar construir su casa ideal. No solo es perfeccionista, en su trabajo y en su vida, sino que está diagnosticado con un trastorno obsesivo-compulsivo. Cada detalle de su vida está milimétricamente ordenado. No puede salir de una habitación sin dejarla limpia. Una tarde se encuentra a una mujer accidentada (Uma Thurman) y, por obligación moral y a pesar de su incomodidad, la ayuda. Ella será su primera víctima. A partir de ese momento, los asesinatos serán la mejor parte de su vida, hasta lo ayudaran a reducir su trastorno obsesivo-compulsivo.

Emulando la estructura narrativa de Nymphomaniac, la historia es narrada por su protagonista e interpelada por un segundo personaje que dialoga con el primero. La diferencia con el filme previo, sin embargo, es evidente: en este caso solo escuchamos las voces de quienes hablan, no sabemos dónde están ni por qué Jack decide revelar las atrocidades que ha cometido. El propósito de esta estructura, más allá del misterio en torno al diálogo, es construir una reflexión. La película no duda en formular preguntas incómodas y lo hace para que el espectador entienda a un personaje tan repulsivo y complejo. Esto no quiere decir que busque justificar los asesinatos o hacernos sentir empatía y compasión por el asesino. El objetivo es cuestionar la condición humana y, para hacerlo, nos obliga a enfrentar, sin eufemismos, uno de sus rostros más oscuros.

A medida que avanza la película, entendemos que estas reflexiones en torno a los crímenes, que desde el inicio Jack vincula al arte y a la construcción de su casa ideal, son un cuestionamiento a la obra del director danés. Al considerar lo dicho previamente sobre lo extremo de su filmografía, no sorprenda que buena parte de la crítica haya señalado esta cualidad como algo negativo. Es difícil no preguntar hasta qué punto la violencia retratada en las películas está justificada. Von Trier no ignora estos cuestionamientos y, en The House that Jack Built, aborda el problema frontalmente a través del que quizá sea su personaje más cruel. La autorreferencialidad del discurso es ineludible —entre otras cosas, se incluyen breves clips de otras películas del danés— y tiene como objetivo preguntar hasta qué punto un filme tan inquietante tiene sentido, dónde está su belleza. Dentro de este contexto, el misterio central de la historia, el interlocutor de Jack, es clave para entender la totalidad de la obra, su vínculo con la tradición que lo precede. Esta película es una relectura del arte, en general, y una reflexión sobre el cine de Von Trier. Luego, hay un último elemento desafiado por el trabajo del director: sus propias obras. Este film es prueba de que todo gran artista es consciente de los límites que lo restringe y de cómo desea desafiarlos, incluso si la razón que motiva dicho desafío es difícil de precisar.