Una nueva conquista del oeste. “Lost In Space”, segunda temporada

por Ene 20, 2020

Una nueva conquista del oeste. “Lost In Space”, segunda temporada

por

Lost In Space

Creadores: Irwim Allen, Matt Sazama, Burk Sharpless

Productora: Netflix

Elenco: Molly Parker, Toby Stephens, Maxwell Jenkins

Número de temporadas: 2, 10 episodios c/u

La conquista del oeste es uno de los mitos fundacionales de los Estados Unidos modernos. A través de este, se constituye uno de los puntos fundamentales de la ideología norteamericana: la creencia de que el progreso y la supervivencia están ligados a la exploración de lo desconocido. Pocas veces esta idea se ha visto encarnada de manera tan evidente como en el aterrizaje del hombre en la luna. La imagen de la bandera americana clavada en la superficie extraterrestre sigue siendo icónica. No solo este segundo mito fundacional ha sido exportado y, hoy en día, es asumido como universal. No debemos olvidar la famosa frase de Neil Armstrong: “un pequeño paso para el hombre, un gigantesco salto para la humanidad”. El vínculo entre ambos eventos históricos, así como sus claras connotaciones políticas, ha sido ampliamente discutido. Entre las muchas formas que han tomado estas reflexiones, encontramos las producidas por la ciencia-ficción. El género es una de las vías más efectivas para interpelar nuestra realidad y no sorprende, por tanto, que también se vea reflejado, en muchas obras de este tipo, la noción que hemos estado discutiendo. Desde 2001: A Space Odyssey (1968) de Stanley Kubrick hasta Interstellar (2014) de Christofer Nolan, por nombrar dos ejemplos conocidos, podemos apreciar cómo la ciencia-ficción pone bajo la lupa la ideología americana según la que la exploración de lo desconocido (y la conquista territorial consecuente) son el motor esencial del progreso humano.

La nueva versión de Lost In Space, estrenada en 2017, es uno de los ejemplos más recientes de esta tradición. Tal como la serie original, transmitida entre 1965 y 1968, la trama se centra en la familia Robinson, cuya misión intergaláctica se ve interrumpida. Ya aquí empezamos a ver las diferencias. En este caso, no es el Dr. Smith el que origina el accidente que hace que la familia de colonos interplanetarios acabe “perdida en el espacio”. En cambio, será un robot extraterrestre el causante del extravío de los Robinson y de otros grupos de exploradores.

La trama, como se puede inferir, es relativamente tópica. Asimismo, los temas son esperados en una serie de este tipo: la familia, la confianza, la supervivencia en un ambiente hostil, etc. En este sentido, y a pesar de las alteraciones, vemos una repetición menos ingenua del seriado de los sesenta. Sin embargo, las relaciones se complejizan. La Dra. Smith (la nueva encarnación es una mujer) es una sociópata cuyo objetivo central es sobrevivir. Luego, incluso si sus métodos son inmorales, sus motivaciones son comprensibles. Don West es, en este caso, un contrabandista que intenta redimir errores del pasado. Finalmente, los Robinson poseen relaciones más profundas e intrincadas que las estereotípicas e idealizadas de la familia del seriado original. No solo, en esta nueva versión, no se encuentran solos: interactúan con otros colonos espaciales y buena parte del conflicto proviene de las distintas filosofías sobre la supervivencia que poseen los personajes. Por último, no debemos olvidar la relevancia del robot que acompaña a la familia, cuya relación con el causante del accidente que interrumpe el viaje de los protagonistas es otro de los ejes claves de la trama.

Pocos textos reflejan de manera tan evidente el mito fundacional de los exploradores del viejo oeste. Los Robinson, así como los demás viajeros intergalácticos, se dirigen a un planeta colonizado por los humanos para huir de una tierra en deterioro. Al perderse, se ven obligados a recurrir a sus conocimientos científicos y a su estructura familiar para sobrevivir a las adversidades. El producto no puede ser más americano. Es aquí donde resulta interesante la trama de la segunda temporada de Lost In Space, estrenada en diciembre del 2019. El robot es la encarnación de “lo otro”, uno de los temas centrales de la ciencia-ficción enfocada en viajes intergalácticos. Es, la máquina, parte de una raza alienígena que, por alguna razón, persigue a los humanos. Pero es, también, la excepción. Debido al vínculo que establece con el más joven de los Robinson, muestra su lado bondadoso. En los nuevos episodios, esta trama es profundizada y aprendemos por qué “los otros” persiguen a los colonizadores y aprendemos que los humanos no son inocentes. Esto también es reflejo de la historia de Estados Unidos, pues, durante su exploración del oeste, los conquistadores asesinaron a incontables nativos americanos. Una mirada consciente al seriado de Netflix permite ver una reflexión sobre esta culpa originaria. En tanto que la historia aún está por resolverse (la segunda temporada queda claramente abierta), esta temática permite entrever un punto de interés en lo que sería, por lo demás, la típica historia americana de acción. Esto y una producción visual muy cuidada son, probablemente, los mejores argumentos para ver una serie que, más allá, resulta bastante tópica.